La muerte es uno de los temas más complejos que podemos abordar. En especial cuando hablamos de la muerte de alguien cercano a nosotros, como un familiar o amigo. En esos momentos, podemos sentir un profundo desconsuelo y preguntarnos si hemos hecho todo lo posible para ayudar a esa persona a encontrar la paz.
Si bien no existen respuestas fáciles, en la tradición religiosa católica existe una oración que puede ayudar a aquellos que se encuentran en el lecho de muerte, así como a sus amigos y familiares. Esta oración es la Coronilla de la Divina Misericordia, una forma particular de rezar que se utiliza para implorar la misericordia de Dios en el momento de la muerte.
Qué es la Coronilla de la Divina Misericordia
La Coronilla de la Divina Misericordia es una oración que se basa en las revelaciones que la religiosa polaca Santa Faustina Kowalska recibió de Jesucristo. Según estas revelaciones, la Coronilla es una forma poderosa de alcanzar la misericordia divina tanto para aquellos que están viviendo como para aquellos que se encuentran en la hora de la muerte.
La oración consta de una serie de invocaciones a la misericordia de Dios. En particular, se pide al Señor que se compadezca de aquellas almas que se encuentran en peligro de perderse y que las lleve a la salvación mediante su misericordia y piedade. En cada decena de la Coronilla se reza lo siguiente:
- Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Esta invocación se realiza 10 veces en cada grupo de cuentas de la Coronilla. Al final se reza tres veces lo siguiente:
- Dios Santo, Dios fuerte, Dios inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Cómo rezar la Coronilla de la Divina Misericordia
Para aquellos que no estén familiarizados con la Coronilla de la Divina Misericordia, es posible que esta oración pueda resultar un poco confusa o difícil de seguir. Sin embargo, la buena noticia es que rezar la Coronilla es algo que se puede hacer de forma individual o junto a otros fieles.
Lo importante es encontrar un momento en el que se pueda estar tranquilo y concentrado, para así poder meditar en las palabras de la oración y en su significado. Se puede comenzar con una breve invocación al Espíritu Santo, para que nos guíe en nuestra oración. Después de esta invocación, se puede seguir los siguientes pasos:
- Rezar el Padre Nuestro, un Ave María y el Credo.
- En la cuenta grande de la base de la Coronilla, rezar la siguiente invocación: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”.
- En cada una de las cuentas de la Coronilla, rezar:
-
“Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.”
- Después de cada grupo de cuentas, decir las siguientes palabras: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.”
- Repetir estos pasos hasta completar el recorrido de la Corona, que consta de cinco grupos de cuentas.
Rezar la Coronilla por los moribundos
La Coronilla de la Divina Misericordia es especialmente útil para aquellas personas que se encuentran en el lecho de muerte. En esos momentos, puede resultar difícil para esas personas el concentrarse en palabras específicas debido a su debilidad física, dolor y estrés emocional.
Es por eso que, según la devoción a la Divina Misericordia, se dice que la Coronilla se pueden rezar en silencio en presencia del enfermo. La persona que reza puede proporcionar así la fuerza necesaria para que esa persona encuentre la paz y la misericordia divina necesarias en ese momento. Asimismo, aquellos que no pueden rezar la Coronilla pueden pedir que se la recen por ellos y obtener el mismo perdón.
Aunque es un momento doloroso y difícil para todos los involucrados, es importante recordar que Dios es un Dios de amor y misericordia. La Coronilla de la Divina Misericordia puede ayudarnos a encauzar nuestras emociones y nuestras oraciones en momentos de dolor y sufrimiento, dándonos la certeza de que el Señor se compadecerá de nosotros y nos ayudará a encontrar la paz y la consuelo que buscamos.
La fe y la religión son aspectos importantes en la vida de muchas personas. En momentos de dolor y sufrimiento, es común recurrir a la oración y a la meditación para encontrar la paz y la consuelo que necesitamos. La Coronilla de la Divina Misericordia es una oración poderosa que nos ayuda a implorar la piedad y la misericordia de Dios en momentos de crisis, y nos proporciona la tranquilidad que necesitamos para seguir adelante con nuestras vidas.
¿Cómo pedirle a Dios que se lleve a un enfermo?
Ante una situación en la que un ser querido se encuentra enfermo y su salud se encuentra en un estado crítico, es común que muchas personas recurran a la oración para encontrar paz y esperanza.
En la tradición cristiana, se encuentra la oración del Padrenuestro, que puede ser utilizada para rogarle a nuestro Señor que su amor y paz se hagan presentes en este momento difícil. La oración comienza así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén”.
De igual manera, la tradición hindú cuenta con una oración para pedir por la salud y bienestar de las personas enfermas. Esta es la oración: “Om Bhagawathe Vasudevaya Dhanvantaraye Amritha-Kalasa Hasthaaya Sarva Bhaya Vinasaya Sarva Roka Nivaranaya Thri Lokya Pathaye Thri Lokya Nidhaye Sri Maha Vishnu Swarupa Sri Dhanvantri Swarupa Sri Sri Sri Aoushata Chakra Narayana Swaha”.
Por otro lado, en el Judaísmo, se puede recitar el Salmo 23, que habla de la presencia protectora de Dios en todo momento. Esta es la oración: “El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junta a aguas de reposo me conduce. Fortalece mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre”.
En el Islam, se encuentra la oración por la salud del Profeta Muhammad, que sirve para pedirle a Dios que ayude a la persona enferma a sanar. Esta es la oración: “Allahumma Rabban-nas, azhib al-ba’sa, ishfi antash-Shafi, la shifa’a illa shifa’uka shifa’an la yughadiru saqaman”.
Finalmente, en la tradición budista, se encuentra la oración para la sanación de la persona enferma, que busca pedir ayuda para que la persona se sienta mejor y reciba la fuerza necesaria para superar su enfermedad. Esta es la oración: “Om Tare Tuttare Ture Soha”.
Es importante recordar que estas oraciones pueden servir para encontrar un momento de paz y tranquilidad, pero lo más importante es actuar en concordancia con la voluntad de Dios y buscar la ayuda médica necesaria para la sanación de la persona enferma.
De igual manera, nunca se debe pedirle a Dios que se lleve a alguien para evitar sufrimiento, sino que se debe pedir por su bienestar y la sanación de su cuerpo y mente. Pedirle a Dios que se lleve a un enfermo es un acto extremadamente egoísta e irrespetuoso hacia la vida.
Recordemos que en las situaciones difíciles, la oración y la ayuda médica son complementarias. Como dijo San Francisco de Asís: “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Donde haya odio, que yo lleve el amor. Donde haya ofensa, que yo lleve el perdón. Donde haya discordia, que yo lleve la unión. Donde haya duda, que yo lleve la fe. Donde haya error, que yo lleve la verdad. Donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza. Donde haya tristeza, que yo lleve la alegría. Donde haya tinieblas, que yo lleve la luz”.
En momentos difíciles, es importante mantener una actitud de amor y compasión hacia aquellos que están sufriendo. La oración puede ser una herramienta útil para encontrar consuelo, pero es importante tener en cuenta que debemos actuar en consonancia con la voluntad de Dios y buscar la ayuda necesaria para la sanación.
¿Cómo orar por un agonizante?
El “Diario” de Santa Sor Faustina Kowalska contiene enseñanzas de Jesús sobre cómo ayudar a los agonizantes y salvar almas en el último momento antes de la muerte. Una forma de hacerlo es orar la Coronilla de la Divina Misericordia. Esta obra es promovida por la congregación religiosa Zgromadzenie Sióstr Matki Bożej Miłosierdzia, cuyas hermanas se encargan de coordinar los grupos de oración por los moribundos en todo el mundo.
Para unirse a esta obra, es necesario seguir unos sencillos pasos. Primero, hay que rellenar un formulario con el nombre, la localidad, el país, el correo electrónico del participante, así como el día de la semana y una hora determinada en la que se rezará la Coronilla por los moribundos.
Una vez completado el formulario, las hermanas de la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia confirman el ingreso a la “Coronilla por los moribundos” y envían un correo electrónico con el nombre del moribundo. La respuesta a este correo electrónico debe ser un “,AMÉN”, que significa la confirmación de recibir la información y rezar una vez la Coronilla de la Divina Misericordia en la intención del moribundo. Por tanto, si quieres unirte a esta poderosa obra de caridad, no dudes en llenar el formulario.
La Coronilla de la Divina Misericordia fue revelada por Jesús a Santa Faustina en la década de 1930 y se reza especialmente en Viernes Santo y todos los días a las 3 de la tarde, que es la hora de Su Muerte en la Cruz.
La obra de ayudar a los moribundos mediante la Coronilla de la Divina Misericordia tiene como objetivo ayudar a una persona cuyo nombre se sabe y que está muriendo. Es importante recordar que Dios conoce el momento y la circunstancia precisas de la muerte de cada persona, por lo que al orar por un moribundo no se está intentando influir en el plan divino, sino unirse a él en favor de la salvación de las almas.
La oración es una forma de acercarnos a Dios y de pedir Su ayuda en momentos de dolor y tribulación. Para orar por un agonizante, es recomendable empezar por hacer una petición humilde y sincera. Expresar nuestras emociones, temores y deseos en relación con la persona que se va a partir es una forma de conectar con Dios y pedir Su ayuda y protección.
En segundo lugar, es importante hacer una petición clara y específica. Por ejemplo, pedir a Dios que alivie el sufrimiento del enfermo, que le conceda la paz en el momento de partir y que lo llene de Su amor y Misericordia en el momento del juicio. También es recomendable rezar por los familiares del enfermo, para que encuentren consuelo y fortaleza en este momento difícil.
Otro elemento que puede ayudar en la oración por un agonizante es el uso de las Escrituras. Las palabras de Jesús en el Evangelio tienen un gran poder transformador y pueden ser de gran ayuda en momentos de angustia y dolor. En particular, los salmos son un recurso muy valioso, ya que expresan de forma poética sentimientos de dolor, confianza, esperanza y alabanza a Dios.
Para orar por un moribundo también se puede recurrir a la intercesión de los santos. En la Iglesia Católica, hay un gran número de santos que han dedicado su vida a servir a los enfermos y a los agonizantes, por lo que pedir su ayuda y protección puede ser una forma de fortalecer nuestra oración y sentir la presencia de Dios en medio del dolor.
Otra forma de orar por un agonizante es a través de la meditación. La meditación consiste en tomar una frase o una idea relacionada con la misericordia de Dios y reflexionar sobre ella durante un período de tiempo determinado. Este proceso de reflexión nos permite profundizar en nuestra relación con Dios y conectarnos con la Misericordia que Él ejemplo en Jesús en todo momento.
En otras palabras, la oración por un agonizante es una forma de acompañar a una persona que se encuentra en un momento difícil, de pedir a Dios que le conceda su amor y su Misericordia y de unirnos a Su plan divino de salvar almas. La Coronilla de la Divina Misericordia es una forma especialmente poderosa de hacerlo, pero hay muchas otras formas de oración que pueden ser igualmente eficaces.
Por tanto, si conoces a alguien que está en las últimas horas de su vida, no dudes en rezar por él, confiando en el poder de la oración y la Misericordia de Dios. Y si quieres unirte a la obra de la Coronilla por los moribundos, no dudes en llenar el formulario y comprometerte a rezar por una persona en sus últimos momentos en la tierra.
¿Que se le reza a un enfermo grave?
La enfermedad y la muerte son parte inevitable de la vida humana. Aunque hay muchos tratamientos médicos y religiones que pueden ayudar a enfrentar la enfermedad, la fe y la oración también pueden ser de gran ayuda.
En la Iglesia Católica, se le puede rezar a un enfermo mediante la oración de los enfermos o unción de los enfermos. Esta oración se realiza por medio de la bendición con el oleo bendecido por el obispo en la Misa Crismal, que se celebra durante la Semana Santa. Durante la unción, el sacerdote imparte la bendición en la frente y las manos del enfermo, diciendo: “Por esta santa unción y su bondadosa misericordia, que el Señor te ayude con la gracia del Espíritu Santo, para que libres de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad”.
Además, existen diversas oraciones poderosas que se pueden recitar para pedir por la salud de los enfermos y para aceptar la muerte.Una de ellas es la oración de “Sanación del Alma”, que dice así: “Oh Dios mío, te pido por la sanación del alma de (nombre de la persona enferma) para que encuentre consuelo en su sufrimiento y la paz en Tu abrazo amoroso. Que Tu gracia sanadora la llene de fuerza y valor para superar su enfermedad y siempre confiar en Ti en todas las circunstancias de la vida.”
Otra oración poderosa es la Oración a la Virgen de Guadalupe, a quien se acude en casos de enfermedades graves: “Virgen Santísima de Guadalupe, Madre amorosa y compasiva, extiende tu manto de protección sobre (nombre de la persona enferma) y su familia, asegurándonos de tu presencia amorosa y tu poder sanador en este momento difícil. Ayúdanos a confiar en la bondad de Dios y a pedir consuelo y fuerza en la oración.”
En cualquier caso, no debemos olvidar la importancia de mostrar caridad y cuidado hacia los enfermos y enemigos enfermos. Esto puede significar ofrecerles ayuda práctica, como hacer sus compras, cocinar para ellos o participar en su cuidado médico. También es importante mostrarles amor y empatía, escuchar sus problemas y ofrecerles compañía y apoyo en sus momentos más difíciles.
En resumen, la oración puede ser una gran fuente de consuelo y ayuda en momentos de enfermedad y sufrimiento. Ya sea que se recen oraciones específicas o se encomiende a uno mismo o a un ser querido a la gracia de Dios, la fe y la oración pueden ser un gran sostén para enfrentar la vida con más fuerza, integridad y compasión.