La palabra “desposada” es muy utilizada en la Biblia y describe a una mujer comprometida para ser casada. Este compromiso se consideraba un contrato legal y religioso entre dos familias. La palabra “desposada” también está estrechamente relacionada con la virginidad, ya que una mujer desposada se consideraba virgen hasta su boda.
La desposada en el judaísmo
En el judaísmo, el concepto de desposada es muy importante y se relaciona estrechamente con la ley judía. Una mujer desposada es considerada como casada, pero no puede vivir con su esposo hasta después de la boda. La fidelidad también es un concepto clave en la relación entre la desposada y su futuro esposo. En la canción de Salomón se describe cómo la desposada debe permanecer fiel al futuro esposo y cómo debe esperar su regreso.
Personajes bíblicos desposados
En la Biblia, muchos personajes están descritos como desposados. Isaac y Rebeca se comprometieron antes de casarse y María también era una desposada de José antes de su matrimonio. En el cristianismo, se cree que María fue desposada por su esposo José cuando decidió esconderse durante su embarazo, según se describe en el evangelio de Lucas.
Pasajes bíblicos relacionados con la desposada
- Levítico 19:20: Este pasaje habla de una mujer sierva desposada que no ha sido rescatada ni liberada.
- Deuteronomio 22:25: Este pasaje habla de una joven desposada que es forzada en el campo.
- Deuteronomio 22:27: Este pasaje habla de una joven desposada que pide ayuda en el campo.
- Deuteronomio 22:28: Este pasaje habla de una joven virgen que es tomada por un hombre.
La palabra “desposada” deriva del latín desposata, formado de des- (“separar”) y posata (“colocar”). En griego, la palabra “desposada” deriva del verbo apostello, que significa literalmente “enviar lejos”.
Significado bíblico de “desposada” en el contexto de María y José
En el contexto bíblico, el término “desposada” se refiere a una mujer comprometida en matrimonio, pero que aún no ha consumado la unión con su esposo. El proceso de matrimonio en la cultura hebrea estaba constituido por varias etapas, entre ellas los esponsales y la confirmación matrimonial. María y José eran considerados “esposos” aunque aún no habían consumado su matrimonio.
María y José son los padres terrenales de Jesús según la tradición cristiana. María fue descrita como una joven virgen desposada con José, un israelita descendiente de la familia del rey David. Ambos son considerados “esposos” aunque aún no habían consumado su matrimonio.
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad en la teología cristiana. Según la tradición, el Espíritu Santo fue el que fecundó a María y la hizo concebir a Jesús sin intervención de varón. Por lo tanto, en el contexto bíblico, María estaba comprometida en matrimonio con José, pero concebiría a Jesús por obra del Espíritu Santo antes de consumar su matrimonio con José.
En conclusión, María era una mujer “desposada” en el sentido bíblico de la palabra, es decir, comprometida en matrimonio pero aún no había consumado la unión con su esposo. Además, María y José eran considerados “esposos” aunque aún no habían consumado su matrimonio. Y finalmente, según la tradición cristiana, Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo antes de que María y José consumaran su matrimonio.
Significado de la palabra “desposada” en la Biblia y su relación con el compromiso matrimonial en la cultura hebrea
La palabra “desposada” en la Biblia se refiere al acto de contraer compromiso matrimonial, lo que era considerado algo muy serio entre los israelitas, aun si no se había consumado la unión. En la cultura hebrea, el compromiso matrimonial era un acto muy importante y generalmente eran los padres los que diligenciaban el desposorio. Una vez hecho el compromiso, el novio debía pagar la dote, mohar, en hebreo, por la novia al padre o a la familia de ésta.
En la Biblia la violación del compromiso matrimonial era considerada adulterio entre los israelitas. Si una mujer virgen prometida a un hombre se acuesta con otro hombre, ambos serán apedreados. Además, en las Sagradas Escrituras encontramos una alegoría de los desposorios de Yahvéh con su pueblo, para expresar su alianza con Israel. Yahvéh es el esposo, el novio fiel; el pueblo de Israel, la esposa, la novia, infiel.
Abraham, Isaac, Tamar y Judá son algunos de los personajes bíblicos relacionados con el compromiso matrimonial. Abraham mandó a su mayordomo para que le buscara esposa para su hijo Isaac. A Rebeca, la que sería esposa de Isaac, le fue consultado su pensamiento acerca de la propuesta de matrimonio. Judá escogió para su hijo primogénito Ner a Tamar como esposa.
La relación entre “desposada” y compromiso matrimonial es muy estrecha en la cultura hebrea. La dote en el compromiso matrimonial era una práctica común entre los israelitas y se pagaba al padre o a la familia de la novia. Sion, por su parte, tiene una relación muy especial con el compromiso matrimonial, pues es prometida de Dios, quien le promete desposarla en justicia, juicio, benignidad y misericordia, en fidelidad, y conocerá a Jehová, como se menciona en la Biblia.
Significado de los desposorios en la cultura hebrea y su relación con el matrimonio en la biblia
Los desposorios en la cultura hebrea eran el compromiso que hacían un hombre y una mujer para casarse. También se les llamaba esponsales. Aunque la Biblia no define el espacio de tiempo entre el desposorio y el matrimonio, al parecer era corto. Los rituales del compromiso incluían diversas maneras de efectuarlo, como cuando los padres de los implicados lo hacían o cuando se tomaba en cuenta las preferencias del joven. Las hijas heredaban el patrimonio de su progenitor cuando no tenía hermanos varones, y la Ley de Moisés estipuló que podían casarse con quienes quisieran, siempre y cuando lo hicieran dentro de su propia tribu.
Los hebreos veían a la pareja como si ya estuvieran casados durante el desposorio, y necesitaban un certificado de divorcio para terminar con el contrato. La joven seguía atada a su novio hasta que se entregaba el documento, y la convivencia no se realizaba hasta que se hubiera formalizado la boda. Si una joven se acostaba con otro hombre, era acusada de adúltera y el castigo era la muerte. En el caso de un varón comprometido con una mujer, no tenía que cumplir deberes militares.
Desde la época patriarcal, se pagaba la dote a los padres por la novia. La dote por Rebeca se hizo en forma material, y el siervo de Abrahán le entregó artículos de oro y plata, ropa y regalos valiosos a su hermano y a su madre. En el caso de Jacob, pagó la dote por Raquel con servicios prestados, trabajando para su tío Labán durante 14 años en total.
La Biblia narra diversas historias de personajes que realizaron desposorios, como Abraham, quien le pidió a un sirviente que fuera a su país natal y escogiera una esposa para su hijo Isaac. Se eligió a Rebeca, una sierva fiel de Dios. Por su parte, Isaac se casó con Rebeca, elegida por su padre Abraham. Sansón observó a una mujer filistea y les pidió a sus padres que se la consiguieran como esposa. Zelofead fue otro personaje bíblico cuyas hijas contrajeron matrimonio con sus primos para que su herencia quedara dentro de la familia de su padre. Por último, María, sierva de Dios, iba a tener un hijo por obra del espíritu santo, y José, su prometido, pensó que ella estaba embarazada de otro hombre, por lo que quiso darle un certificado de divorcio en secreto. Sin embargo, un ángel le dijo que se casara con ella, pues no le había sido infiel.