En la biblia, la imagen de la “copa” se utiliza para expresar varias ideas. Una de ellas es la copa del Señor, que representa la metáfora de las copas literales de la antigüedad, utilizadas para beber o envenenar a los enemigos. En la biblia, beber juntos de una copa solía ser una muestra de compañerismo y bondad.
La copa de las bendiciones divinas
Cuando el salmista exclama “mi copa está rebosando” (Sal. 23:5) durante una comida preparada por el Señor, se refiere a la abundancia de las bendiciones divinas recibidas. La biblia también hace referencia a la “copa de la salvación”, que contiene la provisión divina para la salvación de los justos (Sal. 116:13).
La copa de la ira de Dios
Sin embargo, lo opuesto a la copa de la salvación es “la copa de su ira” (Isa. 51:17). En algunos casos, solo se utiliza el término “copa”, junto con las consecuencias negativas de beber de ella (Jer. 49:12; Lam. 4:21; Eze. 23:31-33). Esta copa representa el juicio de Dios contra el pecado.
La Santa Cena
Jesús bebió la copa de la ira de Dios cuando tomó sobre sí el juicio divino contra el pecado (Mat. 26:39). De esta manera fue posible que bebamos de la copa de la salvación del nuevo pacto (vers. 27, 28). Jesús tomó la condenación que era nuestra para que disfrutemos lo que era de él: la copa de la salvación. Es lo que recordamos específicamente en la ceremonia de la Santa Cena.
Significado bíblico de la gratitud y cómo se relaciona con “mi copa está rebosando”
El Salmo 23 es un poema que describe la paz y la serena delicia que moran con aquel cuya confianza en Dios está enteramente puesta. El autor, probablemente David, experimenta un tiempo de descanso, refrigerio, prosperidad y abundancia. La gratitud es una actitud que se desprende de la confianza en Dios y de la certeza de que su bondad y misericordia nos seguirán todos los días de nuestra vida.
En el Salmo 23:5, el autor describe su copa como rebosando, lo que indica un estado de dicha. Esta metáfora expresa la idea de que Dios ha derramado tantas bendiciones sobre el autor que su copa está llena hasta el borde y rebosando. La gratitud es la respuesta natural a esta abundancia de bendiciones, ya que reconoce que todo lo que tenemos viene de Dios y que debemos estar agradecidos por ello.
El Salmo 23 es un poema atribuido al rey David, aunque no se puede fijar el poema a ningún período especial de su vida. El poema está más allá de los días de mozo, teniendo ya enemigos y sabiendo lo que es estar en peligro de muerte. Pero cuando escribe, está experimentando un tiempo de descanso y refrigerio, es más, de prosperidad y abundancia.
La metáfora del pastor es una imagen frecuente en las Escrituras posteriores y es especialmente consagrada para nosotros por el uso y respaldo de nuestro Señor. El Salmo 23 comienza con esta metáfora para describir al Señor como guía y protector, y al autor como una oveja que confía en Él. La confianza en Dios, que es la clave del poema, permite experimentar un tiempo de descanso y refrigerio, es más, de prosperidad y abundancia, convirtiéndose en motivo de gratitud.