La pregunta de ¿quién creó a Dios? es una pregunta contradictoria y sin respuesta. Dios es un ser necesario, lo que significa que no puede no existir. En cambio, todo lo demás en este mundo es contingente, es decir, podría existir o no existir. La contingencia lleva a la pregunta de por qué existe algo en lugar de nada.
Santo Tomás de Aquino estudió la contingencia y la necesidad. Él argumentó que todo lo que es contingente debe tener una causa, y esa causa debe tener una causa, y así sucesivamente. Por lo tanto, debe existir un ser necesario que dio origen a todo lo contingente. Ese ser es Dios.
Según la Ortodoxia, Dios el Padre es el “Arche” o “principium” (comienzo), la “fuente” u “origen”, tanto de la parte del Hijo y del Espíritu Santo. Además, la Biblia se refiere a Cristo como el inicio de una creación de Dios. En resumen, Dios es el ser necesario que existe por sí mismo y es la fuente de todo lo contingente.
Nota importante: A veces, hay preguntas que parecen bien hechas pero llevan una contradicción por dentro y, por lo tanto, no tienen respuesta. Por ejemplo, preguntar por la longitud de un litro de leche o por una lista de cosas que se han olvidado para siempre. Así que debemos ser cuidadosos al plantear preguntas y asegurarnos de que no lleven contradicciones.
Cómo se relaciona la creación de Dios con la teología católica
La teología católica y la teoría de la evolución de Darwin han sido temas de debate durante mucho tiempo. Mientras que algunos cristianos ven una compatibilidad entre ambas, otros las ven como incompatibles. Sin embargo, muchos teólogos católicos han encontrado un equilibrio entre la teología y la ciencia al aceptar la teoría de la evolución como un hecho científico y aún así creer en la creación de Dios como la fuente última de todo lo que existe en el universo.
La teoría de la evolución de Darwin
La teoría de la evolución de Darwin propone que todas las especies existentes provienen de otras más primitivas y comunes, y que el mecanismo de la selección natural explica cómo se producen estas transformaciones. Esta teoría ha sido ampliamente aceptada en la comunidad científica debido a la cantidad de evidencia empírica que la apoya. A pesar de esto, algunos cristianos han argumentado que esta teoría es incompatible con la creencia en la creación de Dios como el creador del universo.
Las posiciones de los cristianos sobre la teoría de la evolución
En relación con la teoría de la evolución, los cristianos han adoptado cuatro posiciones básicas: la incompatibilidad entre la fe y la ciencia, el diseño inteligente, la evolución teísta y la armonía entre la fe y la ciencia. Mientras que algunos consideran que la teoría de la evolución va en contra de los relatos bíblicos de la creación, otros han argumentado que la teoría de la evolución es un mecanismo diseñado por Dios para llevar a cabo su plan de creación. Finalmente, algunos cristianos han encontrado un equilibrio entre la teología y la ciencia al aceptar la teoría de la evolución como un hecho científico y aún así creer en la creación de Dios como la fuente última de todo lo que existe en el universo.
En resumen, la relación entre la doctrina teológica de la creación y las teorías biológicas de la evolución ha sido objeto de un intenso debate a lo largo de los años. Mientras que algunos cristianos han rechazado la teoría de la evolución por creer que va en contra de su fe, muchos han encontrado un equilibrio entre la teología y la ciencia al aceptar la teoría de la evolución como un hecho científico y aún así creer en la creación de Dios como la fuente última de todo lo que existe en el universo.