oracion para despues de la comunion

La comunión es uno de los momentos más importantes de la celebración de la misa. Es en la comunión donde los fieles reciben el cuerpo y la sangre de Cristo en forma de pan y vino consagrados. Después de recibir la comunión, es importante tomar un momento de oración para agradecer y adorar el sacramento recibido. La oración para después de la comunión es una oportunidad para renovar la fe y la conexión con Dios.

La oración para después de la comunión es una forma de agradecimiento a Dios por el don de la Eucaristía. Es importante recordar que la comunión es un sacramento sagrado que nos da vida en Cristo. Por lo tanto, después de recibir la comunión, debemos agradecer a Dios por su amor incondicional y por darnos la oportunidad de estar cerca de él. Esta oración también es una oportunidad para fortalecer nuestra fe y conexión con la Iglesia y los fieles.

La oración para después de la comunión es una forma de adoración a Dios. Es a través de la comunión que Jesús está presente en nuestras vidas, cuerpo, sangre, alma y divinidad. Por lo tanto, después de recibir la comunión, debemos tomarnos unos minutos para adorar a Cristo presente en nuestras vidas.

La oración para después de la comunión debe ser una oración sincera y de corazón. Es importante dejar de lado las distracciones y centrarse en la adoración y gratitud a Dios. Debemos recordar que este momento de oración es personal y debe ser tomado en serio. Es una oportunidad para conectarse con Dios y fortalecer la fe.

La oración para después de la comunión debe ser una oración de humildad. Debemos recordar que no somos dignos de recibir el cuerpo y la sangre de Cristo, pero gracias a su amor y misericordia podemos hacerlo. Es importante tener un corazón humilde y agradecido por este regalo de Dios.

La oración para después de la comunión debe ser una oración de perdón. La comunión nos da la oportunidad de recibir el perdón de Dios y renovar nuestra relación con él. Es importante recordar que todos somos pecadores y necesitamos la misericordia de Dios. Por lo tanto, después de recibir la comunión, debemos tomar un momento para pedir perdón por nuestros pecados y renovar nuestra relación con Dios.

La oración para después de la comunión es una forma de expresar nuestra gratitud a Dios. Es importante recordar que Dios nos ama incondicionalmente y siempre está presente en nuestras vidas. Después de recibir la comunión, debemos tomar un momento para agradecer a Dios por todas las bendiciones que ha traído a nuestras vidas.

La oración para después de la comunión es una oportunidad para pedir la ayuda de Dios. En esta oración, podemos pedir la ayuda de Dios para enfrentar los desafíos de la vida diaria. Podemos pedirle que nos guíe, nos cuide y nos dé la fuerza para superar cualquier obstáculo.

La oración para después de la comunión nos ayuda a conectarnos con otros cristianos. Después de recibir la comunión, todos los fieles se encuentran en el mismo nivel, todos han recibido el mismo sacramento sagrado. Esta oración es una forma de unir nuestras voces y dar gracias a Dios juntos.

La oración para después de la comunión es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra vida de fe. Después de recibir la comunión, podemos dedicar unos minutos para reflexionar sobre cómo podemos aplicar lo que hemos aprendido y vivido durante la misa en nuestras vidas diarias.

La oración para después de la comunión es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con Dios. Después de recibir la comunión, debemos reafirmar nuestro compromiso con Dios y nuestra fe. Podemos comprometernos a ser mejores cristianos, a vivir una vida más plena y a poner en práctica lo que hemos aprendido durante la celebración de la misa.

La oración para después de la comunión es importante para renovar nuestra comunión con Cristo. En este momento de oración, podemos renovar nuestra conexión con Cristo y pedirle que nos guíe en nuestro camino de fe.

La oración para después de la comunión es una oportunidad para pedir por los demás. En esta oración, podemos pedir por nuestros seres queridos, por las personas que sufren y por la paz en el mundo. Es una oportunidad para extender el amor de Dios a los demás y pedir su ayuda y guía para aquellos que la necesitan.

La oración para después de la comunión es una oportunidad para adorar a Dios por su amor incondicional y su misericordia. En esta oración, podemos expresar nuestro amor por Dios y comprometernos a ser mejores cristianos. Es una oportunidad para fortalecer nuestra fe y nuestra relación con Dios.

En resumen, la oración para después de la comunión es una oportunidad para agradecer, adorar, pedir perdón, pedir ayuda y renovar nuestro compromiso con Dios. Es importante tomarse unos minutos después de recibir la comunión para tener una oración sincera y de corazón. Esta oración es una oportunidad para renovar nuestra fe y relación con Dios, y para extender su amor y misericordia a los demás.

“¡Señor mío Jesucristo!, creo que verdaderamente estás dentro de mí con Tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, y lo creo más firmemente como si lo viera con mis propios ojos. Amén. ¡Oh, Jesús mío!, te adoro presente dentro de mí, y me uno a María Santísima, a los Ángeles y a los Santos para adorarte como te mereces. Amén.”

Esta oración es una de las más populares para después de la comunión. En esta oración se expresa la fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la adoración a su sagrado cuerpo y sangre. Es un momento para conectarse con la Madre de Dios y los santos y adorar a Cristo como se merece.

En definitiva, la oración para después de la comunión es una forma importante de conectarse con Dios y renovar nuestra fe y compromiso con él. Es un momento para agradecer, adorar, pedir perdón, pedir ayuda y extender el amor de Dios a los demás. La oración para después de la comunión debe ser sincera, de corazón, humilde y centrada en la adoración a Jesús presente en nuestras vidas.

¿Qué debo decir después de recibir la comunión?

La recepción de la Sagrada Comunión es uno de los momentos más importantes de nuestra vida espiritual como católicos. En ese momento, estamos recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía. Hay ciertas normas y procedimientos que debemos seguir para recibir la Sagrada Comunión dignamente, que son importantes recordar. Hemos hablado de esto en un artículo anterior.

Pero, ¿qué debemos decir después de recibir la comunión? Esta es una pregunta que puede surgir en nuestra mente después de que hemos recibido la Sagrada Comunión dignamente. A continuación, presentamos algunas respuestas y orientaciones que pueden ser útiles.

Acción de gracias

Después de recibir la Sagrada Comunión, es importante hacer una acción de gracias agradeciendo al Señor por este gran don de su Cuerpo y Sangre. Es un momento de intimidad con Dios, por lo que cada uno puede expresar su acción de gracias de manera personal. Algunas personas pueden hacerlo en silencio, otras pueden pronunciar una oración, y algunas incluso pueden cantar un canto de acción de gracias. Lo importante es tener en cuenta que la acción de gracias es un acto de fe y amor, que debe brotar de nuestro corazón y no ser mecánico ni superficial.

Comunión espiritual

Cuando recibimos la Sagrada Comunión, recibimos el Cuerpo y la Sangre del Señor de manera sacramental y real. Pero no siempre es posible hacerlo con frecuencia, ya sea por motivos de salud, trabajo, etc. En estos casos, podemos hacer una comunión espiritual, es decir, un momento de oración íntima con el Señor en el que le pedimos que venga a nuestro corazón espiritualmente. *La Iglesia ha propuesto varias oraciones para hacer una comunión espiritual. Una de ellas es la siguiente:

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte en mi alma. Pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya os hubiera recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me separe de Ti

Silencio y contemplación

Después de recibir la Sagrada Comunión, es importante guardar un momento de silencio y contemplación, para permitir que la gracia del Señor actúe en nosotros. Es un momento en el que debemos apartarnos de las distracciones y preocupaciones del mundo, para enfocarnos en la presencia viva del Señor dentro de nosotros. Este momento nos ayuda a entrar en un clima de fervor espiritual y a profundizar en nuestra relación personal con Jesús.

En este sentido, muchos santos y teólogos han subrayado la necesidad de guardar un momento de contemplación después de recibir la Sagrada Comunión. San Agustín, por ejemplo, decía que “nadie recibe dignamente el cuerpo de Cristo sin antes meditar en sí mismo” (Sermón 272).

Oración

Otro elemento importante después de recibir la Sagrada Comunión es la oración. Es un momento propicio para elevar nuestras súplicas al Señor, para pedirle perdón por nuestros pecados, para agradecerle sus dones y para interceder por las necesidades de los demás. Es una ocasión privilegiada para ejercitar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor hacia Dios y hacia los demás.

Entre las oraciones que se pueden hacer después de recibir la Sagrada Comunión, una de las más conocidas y recomendadas es el Salmo 117 (“Dad gracias al Señor porque es bueno”). Es un salmo que expresa la alegría y la gratitud de aquellos que han recibido la salvación de Dios. Es una expresión de nuestra fe, que nos invita a dar gracias a Dios por todos sus beneficios.

Otra oración que se puede hacer después de la comunión es el “Avemaría” o cualquier otra oración mariana. La Virgen María, al ser la Madre de Jesús, es nuestra madre espiritual y nos lleva siempre hacia su Hijo. Ella nos acompaña en nuestra vida espiritual y nos guía a una mayor comunión con Dios.

¿Qué no hacer después de recibir la comunión?

Además de lo que hemos mencionado anteriormente, es importante recordar que después de recibir la comunión hay ciertas cosas que no debemos hacer. Entre ellas:

  • No abandonar inmediatamente la iglesia: después de recibir la Sagrada Comunión, es recomendable permanecer unos minutos en la iglesia para vivir el momento de intimidad con el Señor y evitar así salir corriendo hacia nuestros quehaceres diarios.
  • No conversar, ni hablar en alto, ni hacer ruidos innecesarios: este momento de intimidad con el Señor requiere de un clima de silencio y recogimiento. Debemos procurar no hacer ruidos innecesarios que puedan distraernos o distraer a los demás.
  • No guardar la Hostia en el bolsillo para llevarla fuera de la iglesia: la Sagrada Comunión debe ser consumida inmediatamente después de recibirla, y no se puede llevar fuera de la iglesia. Tampoco se puede llevar a casa para guardarla como un objeto de devoción. La Hostia debe ser consumida en la misma iglesia, como un signo de nuestra comunión con los demás miembros de la comunidad cristiana.

Recibir la Sagrada Comunión es una gran gracia y un don que recibimos de Dios. Después de recibir la comunión, es importante guardar un momento de silencio, oración y acción de gracias, para permitir que la gracia del Señor actúe en nosotros. Así podemos profundizar en nuestra relación personal con Jesús y en nuestra vida espiritual como católicos.

¿Que rezar al recibir la comunión?

La comunión espiritual es una práctica muy importante en la iglesia católica, y más aún en estos tiempos de aislamiento social y cierre de los templos debido a la pandemia. Cuando no es posible recibir el Sacramento, la comunión espiritual es una manera de estar en comunión con Jesucristo y sentir su presencia en nuestro corazón.

Pero ¿qué se debe rezar al realizar la comunión espiritual?

En primer lugar, es importante tener en cuenta que la comunión espiritual es un acto de deseo, por lo que no hay una fórmula establecida para hacerla. Lo importante es expresar ese deseo de recibir a Jesucristo en nuestro corazón.

Existen diversas oraciones que se pueden utilizar en la comunión espiritual:

  • Oración de San Alfonso María de Ligorio: “¡Oh Jesús mío!, creo que estás real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiera recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti”.
  • Oración de Santo Tomás de Aquino: “Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiera recibido, te abrazo y me uno todo a ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de ti”.
  • Oración de San Juan de la Cruz: “¡Oh dulce Jesús mío!, mi bueno y querido amigo, ¿cómo puedo yo olvidarme de Ti, que tanto me has hecho y tanto me has padecido? ¿Cómo te podré tener en poco, oh mi amado Redentor, si Tú te has querido rebajar tanto por liberarme del pecado y de la muerte eterna? Por fiel que me ves, creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Siendo así, oh Señor mío, tu amante, aunque de muy lejos te amo y deseo recibirte ahora, en mi corazón. Ven, Jesús mío, a visitarme espiritualmente, y purifica y embellece mi alma, para que, con toda alegría, pueda recibirte sacramentalmente en la Sagrada Comunión. Amén”.

Estas oraciones, y muchas otras disponibles en línea o en libros de oración, son de gran ayuda al realizar la comunión espiritual. Pero lo más importante es que salgan desde el corazón y que se expresen con sinceridad y fe.

La comunión espiritual puede realizarse en cualquier lugar donde se encuentre quien desee hacerla. No es necesario estar en una iglesia o capilla, sino que se puede hacer en casa, en el trabajo, en la calle, en cualquier momento del día.

La importancia de la comunión espiritual ha sido destacada por el Papa Francisco en numerosas ocasiones, especialmente en estos tiempos de pandemia y de cuidado del prójimo y propio. La comunión espiritual es una manera de mantener viva la fe y de estar en comunión constante con Jesucristo, aun en tiempos de crisis.

Pero es importante tener en cuenta que la comunión espiritual no sustituye a la comunión sacramental. La eucaristía es el sacramento más importante de la fe católica, y es a través de ella que Jesucristo se encuentra de manera física en la hostia consagrada. La comunión sacramental es una experiencia diferente a la comunión espiritual, por lo que es importante seguir buscando la oportunidad de recibirla, siempre que sea posible y seguro hacerlo.

En resumen, para realizar la comunión espiritual es importante expresar desde el corazón el deseo de recibir a Jesucristo en nuestro corazón, utilizando las oraciones que más nos lleguen. La comunión espiritual es una práctica que puede realizarse en cualquier lugar y momento del día, y que es de gran ayuda para mantener viva la fe y sentir la presencia de Jesucristo en nuestra vida.