En estos tiempos difíciles donde la pandemia ha hecho impossible asistir a las misas y recibir la sagrada comunión sacramentalmente, muchos fieles católicos han recurrido a la oración para la Comunión Espiritual para mantener esa conexión espiritual con su fe y su Señor. La oración para la Comunión Espiritual es un camino para que los creyentes se unan a su Señor en cuerpo y alma, a pesar de las restricciones físicas.
La Comunión Espiritual no es una cosa nueva, antiguamente los enfermos y los que no podían asistir a las misas, hacían la comunión espiritual para sentir la cercanía de su Señor y estar completamente conectados, aunque no pudieran estar presentes físicamentes en la Iglesia.
Esta oración se puede hacer en cualquier momento, no necesariamente cuando se está ausente de la celebración de la misa. La intención es establecer una conexión espiritual con el Señor, que nos mantendrá en comunión con Él siempre.
La oración inicia con la frase “Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma.”
Esta frase es llena de significado, ya que en ella se reconoce la presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía y se expresa el amor y el deseo de estar cerca de Él. Es la manera de abrir un canal de comunicación con el Señor que lo lleva directamente hacia una conexión espiritual con Él.
La oración continua con “Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón.”
Es una realidad que muchas veces por diversas razones, no se puede estar presente en la celebración de la misa y por lo tanto no se pueden tomar las hostias consagradas. Por eso la oración para la Comunión Espiritual busca esa conexión espiritual para paliar esa necesidad de estar cerca de Dios Sacramentalmente como si recibieras la Sagrada Eucaristía.
La oración prosigue con “Y como ya has venido, te abrazo y me uno todo a ti.”
Esta frase expresa la plenitud de la conexión espiritual que se busca con la oración para la Comunión Espiritual, la unión completa con el Señor en alma y espíritu, un abrazo espiritual que llena el corazón de quien lo hace.
La oración termina con “No permitas que me separe de ti nunca más.”
Es una frase que explica que a partir de ese momento la conexión espiritual con el Señor ya está establecida y se pide que se mantenga a lo largo del tiempo. Es reconocer que esa conexión espiritual es perenne y que nunca hay que separarse de ella, porque Dios siempre está con nosotros, presente en el ancho mar de la vida.
Es importante señalar que la oración para la Comunión Espiritual no sustituye en ningún momento la comunión sacramental y debe ser vista como una opción temporal en situaciones en las que no se puede asistir físicamente a las iglesias. Los fieles deben recordar que la comunión sacramental es el acto en el que se recibe físicamente el cuerpo y la sangre de Cristo, que son representados en el pan y el vino que se transforman en ellos.
La oración para la Comunión Espiritual no es una práctica común en la Iglesia Católica, sin embargo, el Papa Francisco la ha estado promoviendo desde hace tiempo y en estos tiempos de la pandemia, se ha convertido en una herramienta importante para que los fieles mantengan una conexión espiritual con su fe y su Señor.
La oración para la Comunión Espiritual no sólo se limita a las celebraciones litúrgicas, también se puede realizar en cualquier momento del día. Algunos fieles la realizan antes de dormir, otros la realizan a primera hora de la mañana mientras se prepara para comenzar su día.
Lo importante es que la oración para la Comunión Espiritual establece una conexión con Dios que nos permite mantener esa relación con Él en cualquier momento del día.
La oración para la Comunión Espiritual es algo que se debe hacer con atención y devoción. No es una oración que se deba hacer apresuradamente. Lo mejor es elegir el momento en el que se pueda estar tranquilo y concentrado.
Otra forma de hacer la oración para la Comunión Espiritual aún más significativa es hacerla como parte de un grupo, los grupos de oración han sido importantes en la conexión espiritual de los fieles.
Finalmente, podemos decir que la oración para la Comunión Espiritual es una herramienta importante para mantener una conexión espiritual con la fe y el Señor. Es una oración que nos permite estar siempre cerca de Dios, más allá de lo físico. En estos momentos difíciles que están viviendo los fieles católicos, la oración para la Comunión Espiritual es una verdadera bendición.
Es importante recordar que aunque la oración para la Comunión Espiritual se ha convertido en una herramienta valiosa durante la pandemia, no sustituye la comunión sacramental. La comunión sacramental es una parte fundamental de la fe católica, un acto en el que se recibe el cuerpo y la sangre de Cristo en forma física.
A pesar de las limitaciones físicas para la asistencia a las iglesias, lo importante es mantener siempre una conexión espiritual con Dios, esto fortalece la fe y la esperanza ante las adversidades de la vida. La oración para la Comunión Espiritual es una manera de hacerlo.
¿Cómo se llama la oración antes de comulgar?
Si eres católico, sabes que la comunión es uno de los sacramentos más sagrados y significativos de nuestra fe. Como la Sagrada Escritura nos recuerda, cuando Jesus compartió el pan y el vino durante la Última Cena, instituyó la Eucaristía y ordenó a sus discípulos que lo hicieran en su memoria.
Sin embargo, antes de recibir la comunión, es importante que los fieles se preparen mental y espiritualmente para lo que se considera una de las experiencias más íntimas con Nuestro Señor Jesucristo. Esta preparación incluye la oración de comunión. Pero ¿cómo se llama exactamente esta oración? A continuación, te lo explicamos.
El significado de la comunión
Como se mencionó anteriormente, la comunión es un sacramento en el que los cristianos reciben a Jesús Eucaristía consagrado en la Hostia durante la misa. Esta creencia es fundamental en nuestra fe. Como se explica en el Catecismo de la Iglesia Católica, durante la comunión “Jesús se entrega a nosotros como alimento espiritual, para satisfacer nuestro hambre de Dios y de vida eterna, y para unirnos más íntimamente a Él y a la Iglesia, su Cuerpo Místico“.
La oración de preparación para la comunión
Antes de recibir la comunión, es importante que los fieles se preparen con una oración de comunión. Esta oración tiene varios nombres, entre ellos Oración de Ofrecimiento, Oración de Preparación, o Acto de Fe y de Adoración. Sin embargo, es más comúnmente uno de los dos anteriores.
La Oración de Preparación para la Comunión nos ayuda a centrarnos en la presencia de Jesús en la sagrada Hostia consagrada por el sacerdote en la Santa Misa. Esta oración es una invitación a Jesús para que entre en nuestro corazón y para que nos ayude a recibir su cuerpo y su amor. También nos ayuda a prepararnos para la Santa Comunión, uniéndonos a los ángeles y a los santos en esta acción sagrada.
La oración de amor y caridad hacia Jesús
Otra oración que los fieles pueden considerar antes de recibir la comunión es una oración de amor y caridad hacia Jesús.
Esta oración se enfoca en nuestra disposición a perdonar a los pecadores arrepentidos y en nuestra capacidad para amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Al hacerlo, nos acercamos más a Jesús, que también nos amó a mí mismo y a todos nosotros. También nos ayuda a ser más compasivos y amorosos con los que nos rodean, y a ver a Jesús en cada persona que conocemos.
La oración de contrición y dolor
Otra oración importante antes de la comunión es la oración de contrición y dolor. En esta oración, nos acercamos a Jesús para pedir perdón por ofenderlo y nos alejamos de su gracia.
Le pedimos a Jesus que nos perdone por nuestros pecados y que nos ayude a ser más compassivos y amorosos con los que nos rodean. También expresamos nuestro arrepentimiento sincero y nuestra gratitud por su compasión y su amor hacia nosotros.
La oración para recibir la comunión con la Virgen Maria
Otra forma de prepararnos para la comunión es rezar para recibir la comunión en compañía de la Virgen Maria. Esta oración nos ayuda a unirnos con la Madre de Jesús y a recibir la comunión con las virtudes necesarias, como la obediencia, la humildad y la pureza. También nos recuerda que la Virgen María es una intercesora poderosa y una madre amorosa para todos nosotros, llamados a ser hijos de Dios.
La oración de deseo para estar con Jesús en el cielo
La Santa Comunión nos da la oportunidad de estar más cerca de Jesús y de unirnos a Él en una comunión más profunda. Esto nos permite expresar nuestro deseo de estar con Jesús en el cielo. Esta oración es una invitación a Jesús para que venga a nuestro corazón y nos ayude a alcanzar la vida eterna en su presencia.
Al hacerlo, renovamos nuestro compromiso de trabajar por nuestra propia santificación y salvación. Estamos llamados a vivir nuestras vidas de manera digna del llamado de Cristo y a buscar siempre nuestro propio bien y el de los demás.
No hay una oración específica antes de recibir la comunión, sino que son varias las oraciones que los fieles deben considerar antes de recibir la Eucaristía. La oración de preparación para la comunión es una de las más importantes y se usa comúnmente para prepararse mental y espiritualmente para este sacramento sagrado. Sea cual sea tu oración, es importante que te concentres en la presencia de Jesús, y que pidas su ayuda para recibir su amor y gracia en tu corazón.
¿Que se dice al momento de recibir la ostia?
Como creyentes y seguidores de Cristo, conocemos el valor incalculable que tiene la procesión de la comunión en nuestras vidas. Uno de los momentos más significativos de la misma es cuando recibimos la ostia, el cuerpo de Cristo en nuestra boca, momento en que muchos piensan, ¿qué debo decir?
Es importante mencionar que no existe una respuesta única a esta pregunta, y que cada persona puede tener su propia preferencia. No obstante, en la mayoría de las ocasiones, la gente suele decir amen al momento de recibir la ostia. ¿Por qué amen?
La palabra “amen” proviene del hebreo “אמן” (amén), que significa “así sea, ciertamente, o verdad.” Por ende, al decir “amen” estamos, en efecto, confirmando que estamos de acuerdo con lo que estamos recibiendo, y que nos comprometemos a seguir a Cristo. Además, al decir esta palabra estamos dando testimonio de nuestra fe.
La razón detrás de decir amen es sencilla, ya que una vez que recibimos la ostia, ya no es necesario pronunciar nada. Lo único que debemos hacer es reflexionar en el momento presente y en lo que significa recibir el cuerpo de Cristo en nuestra vida.
Es por eso que entre las acciones que podemos tomar están: cerrar los ojos, abrir los mismos con mirada penetrante hacia el sagrario, poner la mano en el pecho: son gestos que traducen el profundo significado espiritual de ese momento. Es un momento de recogimiento, meditación y oración personal que nos lleva a profundizar en nuestra fe y en la actitud que debemos tener ante el mundo.
Es importante destacar que muchos otros prefieren decir una oración corta al momento de recibir la ostia. Este tipo de oraciones pueden ser una manera de agradecer a Cristo por su amor infinito y recordarle nuestra disposición para seguirlo. Algunas de estas oraciones son: “Señor Jesús, yo creo en ti. Ayúdame a seguirte cada día de mi vida” o “Gracias, Jesús, por venir a mi corazón.”
No hay una respuesta correcta o incorrecta a esta pregunta. Lo importante es reconocer el significado espiritual de la ostia y la necesidad de estar en comunión con Cristo. Las palabras que utilizamos son una forma de expresar nuestra fe y compromiso con la iglesia, y por ende con la comunidad.
Es por esta razón que muchas veces, en vez de decir algo específico, es mejor simplemente reflexionar en silencio sobre lo que acabamos de recibir. Este silencio puede ser un momento poderoso y significativo para reforzar nuestro compromiso con Cristo y renovar nuestra fe.
En última instancia, más allá de lo que digamos al momento de recibir la ostia, lo verdaderamente importante es estar en comunión con Cristo y con la iglesia, unirnos al gran multitud de creyentes en el Cuerpo de Cristo y reconocer que somos parte de algo mayor que nosotros mismos.
En la procesión de la comunión, cada uno de nosotros recibimos la oportunidad de renovar nuestra fe en Cristo y recordar lo que realmente significa ser un seguidor de Cristo. Es importante acoger este momento con humildad y gratitud por el amor infinito que Dios tiene por nosotros.
Por ende, más allá de qué decir o cómo reaccionar físicamente al recibir la ostia, lo que realmente importa es el compromiso interior que adquirimos en ese momento, la disposición de seguir a Cristo y de vivir nuestra vida en servicio a los demás.
¡Que esta reflexión les ayude a fortalecer su fe y a profundizar en la comunión con Cristo!