La Eucaristía es el centro de la vida cristiana. Es el sacramento en el que recibimos la presencia real de Jesús. Sin embargo, en ciertas ocasiones, es posible que algunos fieles no puedan recibir la Comunión sacramentalmente, ya sea por razones de salud o por otros motivos.
En estos casos, existe una oración que puede hacerse para unirse espiritualmente a Jesús y recibir su gracia. Se trata de una plegaria sencilla pero profunda que nos ayuda a mantenernos unidos a Dios en todo momento y lugar.
La oración para los que no pueden comulgar es la siguiente:
“Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como ya has venido, te abrazo y me uno todo a ti.”
Esta oración es una forma de pedir la compañía de Jesús y de unirse a Él de manera espiritual. Es una manera de recordar que la presencia de Jesús no está limitada a la Eucaristía, sino que Él puede estar con nosotros en todo momento y lugar.
La oración es especialmente útil en momentos en que no se puede asistir a misa o recibir la Eucaristía. Por ejemplo, cuando se está enfermo o cuando no hay sacerdote disponible para ofrecer la Comunión.
La oración es una invitación a dejar que Jesús entre en nuestro corazón, aunque sea de manera espiritual. Es una manera de pedirle a Dios que nos fortalezca y nos ayude a sobrellevar las dificultades que puedan presentarse en nuestra vida.
En la iglesia católica, existe la costumbre de hacer una comunión espiritual después de la comunión sacramental. Consiste en acercarse al altar y hacer una oración sencilla pidiendo a Jesús que entre en nuestro corazón. Es una forma de reafirmar nuestra confianza en Dios y de recordar su amor por nosotros.
La comunión espiritual es una práctica común entre los santos y los fieles católicos. En momentos de enfermedad o cuando no es posible asistir a misa, esta oración es una herramienta valiosa que nos ayuda a mantener nuestra fe y nuestra confianza en Dios.
Además, la oración para los que no pueden comulgar es una forma de fortalecer nuestra relación con Dios y de recordar la importancia de la Eucaristía en nuestra vida. Nos recuerda que somos parte de una comunidad de creyentes que comparte un mismo amor y una misma fe.
La oración para los que no pueden comulgar es una invitación a recordar que Jesús está siempre presente en nuestras vidas, y que su amor y su gracia están siempre disponibles para nosotros. Esta plegaria nos ayuda a vivir en la presencia de Dios y a mantener nuestra fe y esperanza en todo momento.
En resumen, la oración para los que no pueden comulgar es una forma sencilla pero poderosa de mantener nuestra conexión con Dios y de recibir su gracia y amor en todo momento. Es una herramienta valiosa para aquellos que, por algún motivo, no pueden recibir la Eucaristía sacramentalmente, y una invitación a recordar siempre que nuestro Dios está con nosotros en todo momento y lugar.
Recuerda que Dios está siempre presente en tu corazón y que su amor y su gracia te rodean en todo momento. Haz esta oración con frecuencia para fortalecer tu relación con Dios y para sentir su presencia en tu vida cotidiana.
¿Qué personas no pueden tomar la ostia?
Son muchas las personas que buscan respuestas sobre si pueden o no recibir el sacramento de la Eucaristía. Algunas personas han escuchado decir que si están casadas por segunda vez, si han estado en la cárcel, si tienen algún pecado grave o si no han sido bautizadas, no pueden comulgar. Pero ¿es esto cierto? ¿Quiénes pueden y quiénes no pueden tomar la ostia?
La Iglesia Católica tiene ciertas normas y requisitos para poder recibir la Eucaristía. Una de las personas que no pueden tomar la ostia son aquellas que se han divorciado y vuelto a casar sin haber obtenido previamente un decreto de nulidad de su matrimonio anterior.
Esto quiere decir que si una persona se ha casado por segunda vez sin haber obtenido el permiso del Vaticano, no puede recibir la Eucaristía.
El criterio de la Iglesia Católica tiene una base en la Biblia, donde se dice que el matrimonio es un compromiso para toda la vida. La separación y posterior unión con otra persona es vista por la Iglesia como un acto de adulterio y estos matrimonios no son aceptados por la institución religiosa.
Sin embargo, la Iglesia no deja de lado a estas personas y les ofrece una solución para poder reconciliarse con ella. La primera es la confesión, donde se pide perdón y se arrepiente de los errores cometidos. La segunda es que estas personas pueden tener acceso a todos los demás sacramentos como el bautismo, la confirmación, la reconciliación, la extremaunción, el orden sacerdotal y el matrimonio.
Por lo tanto, sólo se les prohibe el acceso a la Eucaristía.
Otro grupo de personas que no pueden tomar la ostia son aquellas que no han sido bautizadas en la fe católica. Para la Iglesia, el bautismo es el primer sacramento y el necesario para recibir a Jesús en el cuerpo y en la sangre que se ofrendan en la Eucaristía. Si una persona no ha sido bautizada, no puede tomar la ostia.
Es importante destacar que aunque estas personas no puedan comulgar, son igualmente acogidas por la Iglesia y pueden asistir a las celebraciones eucarísticas.
Las personas que han cometido algún pecado grave, como por ejemplo la participación en un aborto, también pueden tener impedimentos para recibir la Eucaristía, aunque la decisión final dependerá del confesor. En el caso del aborto, este es considerado un pecado grave en la Iglesia y se recomienda un tiempo de reflexión y de arrepentimiento antes de poder volver a comulgar.
También existen otras situaciones que pueden generar impedimentos para recibir la Eucaristía, como por ejemplo haber realizado una confesión general en vez de una confesión individual, haber comido en horas inapropiadas antes de la misa, no haber guardado el ayuno correspondiente, entre otros.
En resumen, las personas que no pueden tomar la ostia son: quienes se han divorciado y vuelto a casar sin obtener previamente un decreto de nulidad, los que no han sido bautizados, los que han cometido un pecado grave, los que han comido antes de la misa o no han guardado el ayuno correspondiente y aquellos que hayan realizado una confesión general.
Para la Iglesia Católica, la Eucaristía es uno de los sacramentos más importantes y por ello, es esencial respetar las normas dictaminadas por ella antes de recibirlo, de forma que este momento sea más espiritual y verdaderamente significativo.
Por lo tanto, la Iglesia Católica establece ciertas normas para poder recibir la Eucaristía, por lo que es importante que las personas conozcan estas normas y las respeten.
¿Qué hacer si no puedes comulgar en Misa?
La propagación del coronavirus ha llevado a la cancelación de misas y el cierre de iglesias en varios países, como Italia y Corea del Sur. La cancelación de las misas ha suscitado preocupación entre los fieles, ya que la Eucaristía es vista como uno de los sacramentos más importantes de la Iglesia Católica. Pero, ¿qué sucede si no puedes comulgar en Misa?
El momento en que el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo es considerado como el punto culminante de la Misa. La Eucaristía es vista como un sacramento que une a los fieles con Cristo y limpia de los pecados veniales. Si no podemos comulgar durante la Misa, nos perdemos de una gracia especial. Sin embargo, existen otras formas para los fieles de unirse espiritualmente a Cristo.
En primer lugar, podemos hacer una comunión espiritual. Este acto consiste en orar fervorosamente como si estuviéramos recibiendo a Jesús en la Santa Comunión. La Iglesia incluso ha recomendado hacer una comunión espiritual cuando no podemos comulgar sacramentalmente. Es importante recordar que la presencia de Jesús es real en la Eucaristía, independientemente de que la recibamos o no.
La comunión espiritual no es una práctica nueva. Santos como Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Jesús han hablado de ello en sus escritos. El Padre Pío y San Josemaría Escrivá también practicaban frecuentemente la comunión espiritual y la recomendaban a sus fieles. El autor Vinny Flynn en su libro “7 Secretos de la Eucaristía” sugiere que la práctica diaria de la comunión espiritual puede cambiar completamente el corazón de los fieles.
Una forma común de hacer una comunión espiritual es recitar una oración, como la siguiente:
“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo por encima de todas las cosas, y deseo ardientemente recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de ti”.
Otra forma de hacer una comunión espiritual es a través de la adoración eucarística. Muchas iglesias tienen capillas donde se puede encontrar el Santísimo Sacramento expuesto para adoración. Algunas incluso transmiten la adoración en línea durante las 24 horas del día. Si no puedes comulgar en la Misa, puedes unirte a la adoración y hacer una comunión espiritual ante el Santísimo Sacramento.
Otra posibilidad de unirse a Cristo es a través de la lectura espiritual. En lugar de estar en la Misa, podemos leer las Escrituras o algún libro espiritual que nos acerque más a Dios. Podemos meditar en las palabras de Jesús y reflexionar sobre cómo podemos llevarlas a la práctica en nuestra vida cotidiana. Es importante que la lectura espiritual no sea solo una actividad intelectual, sino que esté animada por nuestra intención de crecer en la fe y en el amor a Dios.
Una última posibilidad es participar en una celebración de la Palabra. Si no podemos asistir a la Misa, algunos grupos parroquiales, monasterios y comunidades religiosas ofrecen celebraciones de la Palabra. Estas incluyen lecturas de las Escrituras, homilías y oraciones comunes. Aunque no hay sacramentos presentes en estas celebraciones, podemos hacer una comunión espiritual mediante la oración y la reflexión sobre la Palabra de Dios.
Por lo tanto, si no podemos comulgar sacramentalmente durante la Misa, no debemos desesperar. Existen otras formas de unirse a Cristo en la Eucaristía y de recibir las bendiciones espirituales que nos brinda. Podemos hacer una comunión espiritual, unirnos a la adoración eucarística, realizar una lectura espiritual o asistir a una celebración de la Palabra. Todos estos actos nos ayudarán a crecer en nuestra relación con Dios y a mantener vivo nuestro amor por la Eucaristía.
¿Cuál es la oración que se dice antes de comulgar?
La comunión espiritual, también conocida como Comunión de deseos, es un acto de adoración y comunión espiritual que consiste en desear recibir el sacramento de la Eucaristía cuando se está impedido de hacerlo físicamente. Se trata de una oración que se hace con humildad y fervor a Jesús cuando se está en la iglesia o desde cualquier otro lugar. Pero, ¿cuál es la oración que se dice antes de comulgar?
Antes de responder a esta pregunta, es importante destacar que la Comunión espiritual no reemplaza la participación activa en la Eucaristía, sino que es una ayuda espiritual en momentos de dificultad. El Papa Francisco ha enfatizado la importancia de la Comunión espiritual en la actualidad debido a las restricciones impuestas por la pandemia COVID-19 que impiden a muchos fieles asistir a misa y recibir la Eucaristía.
El autor del artículo reconoce a Dios como su Creador, Redentor y soberano Dueño. Esta es una actitud de humildad y reconocimiento de que somos obra de Dios y Él es quien tiene el control de todo. Reconocer a Dios como el Dueño nos ayuda a aceptar la voluntad divina y a poner toda nuestra vida en sus manos.
Para recibir la Eucaristía, es necesario estar en estado de gracia, lo que implica haberse confesado recientemente y haber pedido perdón por los pecados. Por ello, se pide perdón por los pecados en la oración previa a recibir la comunión espiritual, para estar en paz con Dios y recibirlo dignamente en nuestro corazón.
La oración de comunión espiritual suele incluir una petición para que Dios provea la gracia necesaria para cumplir fielmente sus mandamientos y no separarse de Él. En este sentido, la oración es una petición de ayuda y fortaleza espiritual para seguir el camino de Dios.
Una oración de venida y reconocimiento a Jesús también suele estar presente en la Comunión espiritual. Reconocer a Jesús como nuestro Salvador y pedirle que nos acompañe y guíe es fundamental para acercarnos a Él y recibir su amor y gracia. Esta oración es una expresión de nuestro amor y devoción hacia Jesús.
Además, después de la Comunión espiritual, se suelen decir varias oraciones breves de acción de gracias. Es importante agradecer a Dios por permitirnos sentir su presencia en nuestro corazón y por habernos permitido recibir su amor y gracia, incluso en momentos de dificultad. Estas oraciones son una forma de expresar nuestra gratitud por el amor de Dios.
En cuanto a la oración específica que se dice antes de comulgar, existen varias versiones, pero la más conocida es:
“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma. Pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de ti”.
En resumen, la Comunión espiritual es un acto de adoración y comunión espiritual que consiste en desear recibir el sacramento de la Eucaristía cuando se está impedido de hacerlo físicamente. La oración previa a recibir la comunión espiritual suele incluir una petición de perdón por los pecados, una oración de venida y reconocimiento a Jesús y una petición de ayuda y fortaleza espiritual para cumplir sus mandamientos y no separarse de Él. Después de la Comunión espiritual, se suelen decir varias oraciones breves de acción de gracias y se pide a Dios que ayude a cumplir fielmente los mandamientos y no separarse de Él.
En definitiva, la Comunión espiritual nos acerca a Dios y nos da fortaleza espiritual en momentos de dificultad. Una vez más, se demuestra que la fe y la devoción son un pilar básico en los tiempos actuales para sobrellevar momentos de crisis. ¿Te animas a hacer tu propia oración para la Comunión espiritual?