La santidad es un tema importante en la Biblia y se define como ser santificado, consagrado y dedicado a Dios, lo que implica estar separado del mundo y de las cosas mundanas. En Levítico 19–20 se registra el hincapié que hace el Señor en ser santo.
Definición de santidad según la Biblia
La santidad según la Biblia proviene del esfuerzo y la lucha por guardar los mandamientos y honrar los convenios que se han hecho con Dios. Es una muestra de amor y respeto hacia nuestro Creador y es un llamado que Dios hace a sus hijos para que sean santos. En 1 Pedro 1:16 se nos dice: “Sed santos, porque yo soy santo“. La santidad también tiene que ver con la obra de Dios en nosotros, y al ser santos, reflejamos la santidad de Dios en nuestras vidas.
Identidad de los hijos de Dios
Los hijos de Dios tienen la identidad de ser santos gracias a su relación con él. La obra redentora de Cristo en la cruz borró todo pasado y permitió que los hijos de Dios fueran declarados santos ante Dios. Sin embargo, los hijos de Dios son llamados a vivir en santidad, lo que significa que deben demostrar que han escogido seguir a Jesús y permitir que él transforme su ser. En 1 Tesalonicenses 4:3 se nos dice “Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación“.
Áreas para vivir en santidad
La santidad no solo se refiere a la relación con Dios, sino también a cómo se vive la vida diaria. Las áreas en las que los hijos de Dios deben vivir en santidad son: la relación con los demás, la pureza del cuerpo y del espíritu, la renovación de la mente y la proclamación del evangelio. Es importante mantenerse alejado de aquello que nos aleja de Dios y acercarnos a todo lo que nos hace más semejantes a él. En 2 Corintios 7:1 se nos dice: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu“.
Cómo la santidad se relaciona con la vida cristiana
La santidad es un aspecto fundamental en la vida cristiana, ya que es el reflejo de la relación del creyente con Dios. Es esencial que cada persona que se identifica como cristiana comprenda que debe llevar una vida santa, en la que se aparta de toda práctica de pecado y consagra sus esfuerzos al servicio a Dios y a sus semejantes.
Es importante destacar que el compromiso con la santidad no es una tarea fácil, requiere de un compromiso diario y constante con Dios. La santidad es un compromiso que va más allá de las palabras, es necesario que se refleje en el desenvolvimiento cotidiano del cristiano, tanto en sus pensamientos como en sus acciones. De esta manera, se evidencia el compromiso y testimonio cristiano.
La santidad es un llamado específico de Dios a cada uno de sus hijos. No somos el producto de un accidente histórico y no profesamos la fe cristiana porque sea parte de la moda. Dios nos llamó y nos sacó de una vida sin sentido y sin propósito para que nuestra existencia tenga un norte. Por tanto, la santidad se convierte en un tributo y reconocimiento a la salvación que trajo Jesucristo a nuestra existencia.
En las Escrituras, se menciona que Dios es santo y espera que haya santidad en los pensamientos y acciones de los cristianos. El apóstol Pedro en su primera carta, capítulo 1 versículos 15 y 16, habla de la santidad en la vida del cristiano. Asimismo, se hace referencia a la carta a los Hebreos y se cita el versículo 12:14 donde se habla de la necesidad de llevar una vida santa para poder ver al Señor. En la primera carta a los Tesalonicenses, se explica lo que Dios quiere en cuanto a la santidad y cómo se evidencia, en el versículo 4:3-8. Es necesario que se tenga en cuenta las enseñanzas de las Escrituras para comprender la relación de la santidad con la vida cristiana.