El término “perro” en la Biblia se refiere comúnmente a un animal impuro y despreciado, que deambulaba por las calles alimentándose de basura y sin dueño. En la sociedad bíblica, la palabra perro era usada como una injuria y se consideraba un insulto grave llamar a alguien de esa forma. Incluso se utilizaba para designar a aquellos que se dedicaban a la prostitución masculina, una práctica considerada aberrante ante los ojos de Dios.
El uso de “perro” como metáfora
En la Biblia, el término “perro” también es utilizado a manera de metáfora para describir a aquellos que no son capaces de apreciar lo sagrado. Se les llama “perros” a aquellos que no tienen reverencia por las cosas espirituales y a los que no valoran las enseñanzas de Dios.
El perro en la Biblia
A pesar de que en la sociedad bíblica se consideraba que el perro era un animal inmundo e impuro, se sabe que algunas personas los utilizaban para ayudar en el cuidado de los rebaños, ya que eran entrenados para ahuyentar a las bestias salvajes y ladrones. Incluso se dice que, una vez que era domesticado, el perro seguía a su amo a todas partes y se mantenía cerca de él. Por esta razón, Job, quien no era israelita, menciona a los perros de su rebaño en la Biblia.
Etimología de “perro”
La palabra “perro” en la Biblia proviene del hebreo kélev y del griego kýon. En latín, la palabra perro es conocida como Canis familiaris, la cual también se adoptó como nombre científico para este animal. A pesar de su connotación negativa en la Biblia, el perro es un animal muy valorado en muchas culturas y en la actualidad es ampliamente utilizado como animal de compañía y de trabajo en todo el mundo.
Qué dice la biblia acerca de los perros guardianes
En la Biblia, los perros son mencionados en diversos contextos y situaciones. En total, se presentan 27 versículos en los que se hace referencia a estos animales. Sus roles van desde ser fieles compañeros, hasta ser símbolo del mal y la impureza.
Uno de los versículos más destacados es aquel que menciona que ningún perro ladrará a los hijos de Israel, lo que se interpreta como una muestra de la distinción que Dios hace entre su pueblo y los egipcios. Esto se puede encontrar en el libro de Éxodo (11:7).
Por otro lado, también se menciona en la Biblia que los perros pueden ser utilizados como un castigo divino. En el libro de 1 Reyes (21:19), se narra la historia de un hombre llamado Nabot, quien fue asesinado por el rey Acab para obtener su viña. Como resultado de este acto atroz, se dice que los perros lamerán su sangre en el mismo sitio donde fue cometido el crimen.
Además, existe una advertencia contra los malos obreros en Filipenses (3:2), donde se menciona la necesidad de cuidarse de los perros y los malos obreros, en referencia a aquellos que practican la falsa circuncisión. Esto indica que, al igual que en la actualidad, los perros guardianes eran empleados para proteger a las personas y sus bienes.