¿Cómo se clasifica la ciencia y cuál es su verdadera naturaleza?

Asombra ver cómo la humanidad, en su afán por explicar todo lo que nos rodea y nos supera, ha desarrollado una compleja red de ciencias, pero ¿cómo se clasifica la ciencia? ¿Es cierto que algunos campos son más “ciencia” que otros?

La división que nos separa

Nos guste o no, la ciencia se divide en dos grandes campos: no empíricas y empíricas. En las primeras se encuentran disciplinas abstractas como la matemática, la trigonometría, la filosofía y la lógica, mientras que las segundas se basan en la observación y experimentación. Acá empiezan los problemas…

Las no empíricas, las ‘elevadas’

Las ciencias llamadas no empíricas han sido históricamente las más respetadas. Probablemente porque al no estar manchadas por la suciedad de la observación y la experimentación, parecen más elevadas y difíciles de comprender. Pero, bueno, ¿quién soy yo para juzgar?

Las empíricas, las ‘bajas’

A diferencia de las ciencias no empíricas, también llamadas factuales, que a veces han tratado asuntos fundamentales -¿qué es el espacio, qué es el tiempo?-, las ciencias basadas en la observación y la experimentación se centran principalmente en el ser humano y en la naturaleza. Tal vez por eso los estudiosos de estas disciplinas han sido vistos históricamente como menos “intelectuales”. ¡Qué lástima!

Lucha de clases en la ciencia

Las ciencias empíricas se dividen en ciencias naturales y sociales. Y acá es donde comienzan las tensiones entre ambas. Mientras que las ciencias naturales estudian la naturaleza, las ciencias sociales se enfocan en todo lo que rodea al ser humano, su cultura y sociedad. Lo que parece ser un contrapeso en realidad se ha convertido en un juego de rivalidad.

Las ciencias sociales, la clase obrera

Es innegable que las ciencias sociales son vistas como menores, como la clase obrera dentro del mundo científico. A pesar de esto, su estudio es tan valioso como cualquier otro. Ellas se ocupan de lo humano, de lo que nos define como especie, y eso debería otorgarles un valor mayor en lugar de ser despreciadas.

Las ciencias naturales, la clase más valorada

Las ciencias naturales son como la burguesía científica, gozan de un gran prestigio en el imaginario colectivo. Pero si bien la naturaleza es indispensable para nuestra supervivencia como especie, las ciencias naturales luchan por explicar sistemáticamente lo que ya sabemos por instinto. Interesante, ¿verdad?

Las ciencias sociales, más complejas de lo que parecen

Quizá el problema fundamental de las ciencias sociales sea que su objeto de estudio es la complejidad del ser humano y su interacción con todo lo que le rodea. Esta complejidad hace que las ciencias sociales a menudo sean vistas como poco científicas, pero esto no podría estar más lejos de la verdad.

La diversidad de las ciencias sociales

Las ciencias sociales son muy diversas; van desde la antropología hasta la psicología pasando por las ciencias políticas. Tienen como objeto de estudio las relaciones del ser humano consigo mismo, con los demás y con su entorno y a menudo se enfocan en la búsqueda de soluciones para los problemas que aquejan a la sociedad.

Las ciencias sociales, ¿poco rigurosas?

Es cierto que las ciencias sociales tienen una metodología menos rigurosa que las ciencias naturales, pero eso no significa que sean menos importantes. La complejidad del objeto de estudio de estas disciplinas ha hecho que su metodología sea más flexible, pero no por eso menos valiosa. ¿Qué tiene de malo esa flexibilidad?

Las ciencias naturales, glorificando lo obvio

Las ciencias naturales son más valoradas porque en teoría se dedican a explicar el entorno natural que nos rodea, aunque en realidad se dedican a explicar lo que ya sabemos intuitivamente. Explican los procesos naturales de los que somos testigos cotidianamente y los sistematizan, es algo que parece evidente, pero ahí radica su valor.

Lo verdaderamente importante de las ciencias naturales

Es cierto que las ciencias naturales no nos explican asuntos tan trascendentales como los que abordan las ciencias sociales, pero son fundamentales para nuestra supervivencia como especie. Nos permiten entender mejor el mundo que nos rodea, desarrollar tecnologías, medicinas y más. Ni más ni menos.

La clasificación de la ciencia en otros términos

Hay otras formas de clasificar la ciencia. A veces se habla de ciencias básicas y aplicadas, o de puras y aplicadas, o de ciencias duras y blandas, o de ciencias exactas y no-exactas. Pero todas estas clasificaciones son arbitrarias y vagas

Las ciencias básicas, ¿inútiles?

Las ciencias básicas, también llamadas puras, tienen como objetivo la generación de conocimiento sin una aplicación clara e inmediata. Para algunos esto las hace inútiles, pero esto no podría estar más lejos de la realidad. ¡Cuántas aplicaciones han surgido por casualidad a partir de la investigación básica!

Las ciencias aplicadas, la cara visible de la ciencia

Las ciencias aplicadas, también llamadas ciencias tecnológicas, son las que tienen una aplicación clara. Es decir, dan respuesta a problemas reales y buscan mejorar la calidad de vida del ser humano. Pero estas disciplinas no podrían existir sin las ciencias básicas, son dos caras de una misma moneda que a menudo olvidamos.

No hay ciencia ‘menor’

En definitiva, la clasificación de la ciencia es arbitraria y resulta obvio que todas las disciplinas científicas son igualmente valiosas. El conocimiento es un bien común que no deberíamos clasificar según su “grado de ciencia”. Debemos recordar que todas las disciplinas científicas tienen en común la búsqueda del conocimiento y todas están destinadas a enriquecernos como especie.

¿Y las empresas privadas que ofrecen servicios?

No se han mencionado a esas empresas que ofrecen servicios y se hacen llamar ‘científicas’, pero temo que no son objeto de esta discusión. Es probable que su enfoque esté más orientado a lo empresarial que a la verdadera investigación científica. Pero como siempre, habría que ver caso por caso.

  • No empíricas: matemática, trigonometría, filosofía y lógica.
  • Empíricas: ciencias naturales y sociales.
  • Ciencias sociales: antropología, ciencias políticas, demografía, economía, historia, psicología, sociología y geografía humana.
  • Ciencias naturales: astronomía, biología, física, química, geología y geografía física.