¡Las ciencias fácticas y sus verdades imaginarias!

Es curioso cómo las ciencias fácticas a menudo nos hacen creer en verdades imaginarias. Es quizás su mayor logro: hacer parecer verdadero algo que sólo existe dentro de nuestra mente y que, en última instancia, se reduce a un conjunto de signos y símbolos que utilizamos para explicar lo que nos rodea. Pero, ¿qué son realmente estas ciencias fácticas?

Diferencias entre ciencias fácticas y formales

En primer lugar, tenemos que diferenciar entre ciencias fácticas y formales. Las primeras se ocupan de la realidad empírica, tangible y comprobable, mientras que las segundas se ocupan de los sistemas lógicos y mentales que utilizamos para entender la realidad. Para las ciencias formales, importa más la forma que la sustancia. Los filósofos nos hablan de ideas abstractas, puras y universales, pero no de la inmediatez y la urgencia de lo tangible. Por tanto, ¿puede una ciencia ser verdadera si sólo se ocupa de la lógica y no de la realidad?

Ciencias fácticas y sus métodos

Las ciencias fácticas, sin embargo, acuden a la experiencia y la observación empírica como forma de comprobar sus hipótesis y teorías. Es decir, se basan en la experimentación y la inducción. Pero, ¿es esto suficiente para garantizar la verdad? ¿No ha habido acaso teorías empíricamente falsas en el pasado que, sin embargo, se creían verdaderas? ¿No han cambiado los métodos de experimentación y observación en el transcurso del tiempo y con ello los resultados empíricos? ¿Sabemos acaso cuál es la finalidad de la ciencia? ¿No son los seres humanos una limitación para la objetividad y la precisión científica? Cabe preguntar entonces, ¿qué es realmente lo que las ciencias fácticas buscan demostrar?

División de las ciencias fácticas

Las ciencias fácticas se dividen en dos grandes grupos, las naturales y las sociales. Las primeras se ocupan de la realidad natural, tanto de los seres vivos como de la materia inanimada, mientras que las segundas se centran en los fenómenos humanos. Pero, ¿puede una ciencia natural ignorar completamente la influencia humana en la realidad natural? ¿Puede una ciencia social entender completamente los fenómenos humanos sin tener en cuenta la complejidad y la subjetividad del ser humano? Es complicado definir líneas claras entre estos dos grupos de ciencias fácticas, y quizás esta división en sí misma sea ya una simplificación excesiva.

Algunos ejemplos de ciencias fácticas

Las ciencias fácticas abarcan una amplia gama de disciplinas, desde la biología, la química o la física, hasta la psicología, la economía o el derecho. Por supuesto, cada una de estas disciplinas tiene su propia forma de entender y explicar la realidad fáctica. Pero, ¿no es posible que haya una comprensión más profunda de la realidad que cuestione las verdades absolutas de cualquier ciencia fáctica? Quizá sea necesario partir de una comprensión más metafísica de la realidad, en la que se incluyan tanto la experiencia como la reflexión y el pensamiento crítico. De lo contrario, podríamos estar cayendo en el peligroso error de creer que las ciencias fácticas son las únicas puertas hacia el conocimiento de la verdad.

La provisionalidad del conocimiento fáctico

No hay que olvidar que el conocimiento que obtenemos a través de las ciencias fácticas es siempre provisional. No existe una verdad definitiva o inmutable, sino que es posible que nuevas investigaciones presenten representaciones mentales más cercanas a la realidad. La verdad es una búsqueda constante y nunca acabada. El método científico se actualiza y mejora continuamente en función de los avances y descubrimientos, y eso nos lleva a cuestionarnos constantemente el conocimiento que pensábamos seguro.

La importancia de la lógica y la experimentación

A pesar de todo, la lógica y la experimentación siguen siendo los pilares fundamentales del conocimiento fáctico. Es a través de ellos que podemos comprobar la coherencia y la similitud de nuestros modelos mentales con la realidad. Esto no significa, sin embargo, que tengamos que caer en una visión limitada y reduccionista de la realidad, en la que sólo importan los hechos objetivos y medibles. Es necesario tener en cuenta la complejidad y la subjetividad de la percepción humana, así como la interrelación entre diferentes áreas del conocimiento.

Las limitaciones del conocimiento fáctico

Además, no podemos perder de vista las limitaciones del conocimiento fáctico. El mundo es más complejo de lo que podemos percibir a través de los sentidos y los instrumentos que los complementan. Hay cosas que no podemos ver ni medir, problemas para los cuales no hay una única solución, y un constante cambio. Aunque las ciencias fácticas pueden ayudarnos a entender una parte de la realidad, no son la única respuesta posible.

La dualidad entre el sujeto y el objeto

Otra limitación que deben enfrentar las ciencias fácticas es la dualidad entre el sujeto y el objeto. Es decir, cómo percibimos y experimentamos la realidad depende y es mediado por nuestra percepción subjetiva, nuestra memoria, nuestra cultura, etc. Por tanto, cualquier conocimiento fáctico que tengamos es comprensible, porque tiene una relación necesaria con la perspectiva del observador. Las ciencias sociales tienen una ventaja sobre las ciencias naturales en este sentido, porque su objeto de estudio no son puras leyes objetivas, sino que incluyen complejos procesos sociales y subjetividades que pueden ser difícilmente cuantificables.

¿Las ciencias fácticas son neutrales?

A menudo, se tiende a pensar que las ciencias fácticas son neutrales y objetivas, sin influencias ideológicas. Pero la ciencia no está al margen de la sociedad. La investigación es realizada por seres humanos, que tienen sus propias creencias y concepciones del mundo. Las preguntas que se hacen y los objetivos que se plantean son determinados por los intereses sociales, políticos y económicos de cada época y lugar. Por tanto, el conocimiento fáctico no es neutro, sino que está influenciado por el contexto social en el que se desarrolla.

La subjetividad del método científico

La subjetividad también se encuentra presente en el propio método científico. Los datos que se recopilan en la experimentación no son neutrales, sino que están determinados por las preguntas y objetivos que se plantean. Además, la estadística que se utiliza para analizar los datos está basada en supuestos que pueden ser cuestionables. La subjetividad es un componente inherente a cualquier método, y la ciencia no es una excepción.

El conocimiento intuitivo

El conocimiento intuitivo también es importante en la comprensión de la realidad, a pesar de que no es algo medible ni empírico. Nuestra percepción intuitiva de la realidad es algo muy personal y subjetivo, pero a menudo es el fundamento de cómo entendemos el mundo. La intuición está presente en cualquier persona, y es algo que nos acompaña desde nuestra existencia como individuos. No podemos despreciar el valor de la intuición, aunque no tenga una base empírica.

Ciencias fácticas y representación mental

En cualquier caso, las ciencias fácticas buscan crear una representación mental o artificial que se aproxime a la realidad. Pero esta representación nunca puede ser igual a la realidad, porque es inevitable que siempre haya algo que escape a nuestra percepción. Es necesaria una cierta dosis de humildad y autocrítica por parte de los investigadores para entender que la realidad es siempre más compleja de lo que podemos ver y que hay muchas cosas que no sabemos ni podremos conocer.

Conclusión

En definitiva, las ciencias fácticas son una manera más de acercarnos a la realidad, pero no la única ni la definitiva. No podemos olvidar las limitaciones y subjetividades que existen dentro de estas disciplinas. La realidad es compleja, y ninguna ciencia por sí sola puede abarcarla completamente. Es necesario tener una comprensión más amplia y profunda de la realidad, que abarque tanto la experiencia como la reflexión y el pensamiento crítico.