La palabra “eon” no aparece en la Biblia en castellano, pero su equivalente en griego, “aion”, se traduce como “mundo”, “era” o “para siempre”. La Biblia hace una distinción entre el “eón de Dios” y el “eón del mundo”, siendo el primero un eón superior, cualitativa y cuantitativamente, al segundo. En la Biblia, la eternidad se concibe como duración ilimitada, no como atemporalidad.
El concepto de tiempo en la Biblia ha evolucionado a lo largo de la historia. Las palabras hebreas y griegas relacionadas con el tiempo se han traducido de diversas formas. Se menciona la palabra hebrea “olam”, que se traduce como “eón” en griego, y que puede referirse a un tiempo muy lejano en el pasado o en el futuro, pero siempre limitado. En épocas más recientes, se ha empezado a usar para indicar un tiempo ilimitado, es decir, la eternidad. La Biblia concibe la eternidad como duración ilimitada, no como atemporalidad.
La doctrina de los dos eones, que contrapone el eón presente, caracterizado por la injusticia y el pecado, al eón futuro, caracterizado por la justicia, el bien, la felicidad y la vida, constituye el eschaton absoluto. Este último eón está bajo la influencia exclusiva benéfica de Dios. El anuncio cristiano sobre el eón futuro se refiere a su presencia en la historia gracias a la persona misma de Jesús, y a través de él, el eón futuro se extiende ya en este eón. Jesús proclamaba el Reino como el eón futuro, donde la soberanía de Dios sería perfectamente reconocida por todos y produciría buenos frutos para todos los hombres, especialmente para los más pobres. La contraposición entre los dos eones está muy acentuada en la comunidad de Qumran, y el Nuevo Testamento se refiere en varias ocasiones a esta diferencia entre los dos eones, el presente y el futuro.
Cómo se relacionan los eones y la creación según la interpretación bíblica
La interpretación bíblica de la creación ha sido objeto de debate durante mucho tiempo, especialmente en lo que respecta a la duración de los días de la creación. Aunque algunos cristianos aceptan la idea de que los días de la creación fueron largos períodos de tiempo, hasta millones o miles de millones de años, otros argumentan que esto socava el mensaje del evangelio. Los días de la creación deben ser entendidos como días literales, cada uno con una duración de aproximadamente 24 horas, como se describe en Génesis 1.
Es importante recordar que las interpretaciones de la Biblia no se desarrollaron en un vacío cultural y social. Muchas interpretaciones han sido influenciadas por ideas externas a las Escrituras, como la filosofía griega en el caso de algunos de los primeros padres fundadores de la iglesia. Hoy en día, muchos líderes cristianos actuales han sido influenciados por la investigación científica moderna y han reinterpretado la Biblia en consecuencia. Sin embargo, la interpretación de las Escrituras debe basarse en el contexto y en el significado literal de las palabras.
Las palabras tienen un significado y transmiten un mensaje comprensible. Si las palabras no tuvieran un significado claro, la comunicación sería imposible. Por lo tanto, la interpretación de las Escrituras debe basarse en el significado literal de las palabras y en su contexto. Los días de la creación deben ser interpretados como días literales y no como edades geológicas de millones de años. Esto no significa que la teología deba ignorar la ciencia, sino que se debe buscar una conciliación adecuada entre la revelación bíblica y la evidencia científica.
Finalmente, es importante destacar que la interpretación de los días de la creación tiene implicancias teológicas significativas. Si se acepta la idea de que los días de la creación son edades geológicas, esto socava el mensaje del evangelio porque pone la muerte, la enfermedad, los espinos y el sufrimiento antes de la Caída. La interpretación literal de los días de la creación, por otro lado, fortalece el mensaje del evangelio y la naturaleza única de la creación divina de todo lo que existe, incluyendo al ser humano.