El incienso en la Biblia era una sustancia aromática compuesta de gomas y especias para ser quemadas, especialmente en la adoración religiosa. Estaba compuesto de acuerdo a una receta precisa de estacte, uña aromática, gálbano e incienso puro; igual peso de cada cosa, y estaba sazonado con sal. El uso del incienso tenía un gran significado ritual. El altar del incienso estaba recubierto con oro puro y estaba colocado en el lugar santo. Originalmente, el sumo sacerdote quemaba incienso cada mañana cuando encendía las lámparas. El incienso era ofrecido en el día de la Expiación detrás del velo y quemado en un incensario en el lugar santísimo.
El simbolismo del incienso en la Biblia
El incienso en la Biblia era simbólico de las oraciones que elevaba el sumo sacerdote que oficiaba. Dios rechazaba el incienso si el corazón no era recto delante de Él. En otras palabras, el incienso era un símbolo de la oración pura y sincera, que solo es aceptada por Dios si viene del corazón correcto. Además, el incienso era un elemento importante de los ritos de purificación y expiación, que eran fundamentales en el culto judío.
Los árboles productores de incienso en la Biblia
En la Biblia, se mencionan varios tipos de árboles en África y Arabia de cuya corteza se extrae una resina o líquido gomoso que al ser quemado expele un aroma muy apreciado para fines domésticos y rituales. El que más se menciona en la Biblia tiene el nombre científico de Boswellia carteri. La resina de este árbol se utilizaba para hacer el incienso que se quemaba en el templo. Se cree que el incienso de Boswellia carteri tiene propiedades medicinales y es un ingrediente en varios productos cosméticos.
El uso del incienso en las ceremonias religiosas
El uso del incienso era común en las ceremonias religiosas de casi todas las naciones antiguas, incluyendo los egipcios, babilonios, asirios y fenicios. En la Biblia, el incienso se usó ampliamente en los rituales de Israel. Los sacerdotes quemaban incienso en el templo como una ofrenda a Dios y también durante las procesiones religiosas. Además, el incienso era un elemento clave en los ritos funerarios judíos, ya que se creía que purificaba el cuerpo muerto antes de ser enterrado.
Significado del uso del incienso en la liturgia católica
El uso del incienso en la liturgia católica es una práctica muy común y significativa. Más allá de la simple aromatización del ambiente, el incienso tiene cuatro motivos importantes en la liturgia: aromatizar el ambiente, sentido de misterio, subida de la oración y olor a Cristo. Con el uso del incienso, se busca crear un ambiente adecuado para la celebración, esparciendo un aroma que no solo agrade al olfato, sino que también remita a la presencia de lo divino.
Pero el uso del incienso en la liturgia católica va más allá de lo estético, pues tiene un significado espiritual. El incienso es un símbolo que representa la presencia de Dios en la Eucaristía. Así, se utiliza para honrar al reconocido como rey de Reyes: Jesús. También se asocia con la purificación del ambiente en el que se lleva a cabo la celebración, creando un espacio sagrado para la adoración.
El uso del incienso no es exclusivo de la liturgia católica, pues tiene un origen antiguo en la religión judía y otras culturas. De hecho, en el libro de Levítico se menciona el uso del incienso en la religión judía. Sin embargo, es en la liturgia católica donde el uso del incienso cobra un papel muy importante. Se dice que el humo del incienso simboliza la elevación de las plegarias, y en el Salmo 141 se compara precisamente el ascenso del humo de incienso con la elevación de las plegarias.
Por ende, el uso del incienso en la liturgia católica tiene un significado muy profundo. No se trata de un simple elemento decorativo, sino de un símbolo que remite a la presencia divina en la celebración. Además de ser utilizado para purificar el ambiente y crear un espacio sagrado, el incienso representa la elevación de las oraciones y la presencia de Jesús en la Eucaristía.