Moloc es una antigua divinidad cananea, conocida por ser adorada por los pueblos fenicios, cartagineses y sirios. Este dios estaba asociado a los sacrificios de niños por medio del fuego, y era considerado el símbolo del fuego purificante que a su vez simboliza el alma.
Origen de Moloc
Moloc puede ser identificado con la deidad Muluk a quien se rendía culto en Mari alrededor del año 1800 a.C., y Malik, conocido por textos acádicos, y que aparece en las formas Adramelec y Anamelec en 2 Reyes 17:31. En algunos pasajes veterotestamentarios la palabra Moloc o Molec lleva el artículo, lo que sugiere que la misma pudo haber sido un apelativo para indicar “el que gobierna”. En Jeremías 32:35 parece haber una conexión con Baal, cuyo nombre también es un apelativo, y a quien, como Baal-Melqart, se ofrecían sacrificios humanos en Tiro.
Representación de Moloc
Generalmente, Moloc es representado como una figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un báculo.
Culto a Moloc
Los sacrificios preferidos por Moloc eran los niños, especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de materia. En los templos en los que se rendía culto a Moloc se encontraba una enorme estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca, y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto. Estos sacrificios eran parte de la mitología de Moloc, en la que se creía que era necesario ofrecer estos sacrificios para redimirse de un pecado y alcanzar la purificación del alma.
¿Cómo se relaciona Moloc con los sacrificios humanos en la Biblia?
En la cultura fenicia, Moloc era un dios adorado por sus creyentes. Sin embargo, su adoración incluía el sacrificio de niños, conocido como “el pasar a los niños a través del fuego”. Los bebés eran colocados en los brazos de la estatua gigantesca de Moloc o en un agujero dentro de ella, donde luego eran consumidos por el fuego. La creencia era que este sacrificio aseguraba prosperidad financiera para la familia y los futuros hijos.
La adoración de Moloc y el sacrificio humano que implica, es condenada en la Biblia. En varias ocasiones se menciona que Dios aborrece el sacrificio humano y advierte a los israelitas de no adorar a Moloc. En Génesis 22, Dios prueba a Abraham pidiéndole que ofrezca a su hijo Isaac como sacrificio, pero luego provee un carnero para tomar el lugar de Isaac. Esto demuestra que Dios no desea sacrificios humanos y que detesta la adoración de Moloc.
A pesar de las advertencias de Dios, los israelitas continuaron practicando la adoración de Moloc y de otros dioses. Incluso el rey Salomón construyó lugares de culto a Moloc y otros ídolos. Esta práctica se llevaba a cabo en los “lugares altos” y también en el Valle de Hinom, un barranco estrecho fuera de Jerusalén. Aunque Moloc y Baal eran dioses diferentes, a menudo se mencionan juntos debido a su relación con la adoración pagana y el sacrificio humano.
Por consiguiente, la adoración de Moloc y el sacrificio humano que implicaba, son condenados en la Biblia y en la fe cristiana. Los israelitas fueron advertidos repetidamente de no participar en esta práctica y se menciona que Dios aborrece el sacrificio humano. La historia bíblica de Abraham y su hijo Isaac demuestra que Dios no desea sacrificios humanos y que detesta la adoración de otros dioses como Moloc y Baal.
¿Quiénes eran los Amonitas y su relación con Moloc en la Biblia?
Los amonitas eran un pueblo nómada que habitó en el territorio de la actual Jordania y adoraban a los dioses Milcom y Moloc. Este dios era representado con el rostro de un ternero y se decía que su culto incluía el sacrificio de bebés. Las mujeres embarazadas en los territorios conquistados eran asesinadas y sus bebés eran ofrecidos a dicho dios. Los amonitas también eran crueles en su trato con otros pueblos y tenían una férrea soberanía en la región.
Los israelitas compartían un origen común con los amonitas, pero con el tiempo se convirtieron en enemigos. Dios ordenó a los israelitas no casarse con los paganos, incluyendo a los amonitas, para evitar la idolatría. El libro de Deuteronomio habla sobre la negativa de los amonitas de ayudar a los israelitas cuando salieron de Egipto y la orden de Dios de no molestar a los hijos de Amón.
Nabucodonosor conquistó a los amonitas unos cien años después de que recuperaran parte de su soberanía en el siglo VII a.C. Aunque no se sabe con certeza, parece que los amonitas fueron absorbidos en la sociedad árabe durante el período romano, siendo mencionados por última vez por Justino Mártir en el segundo siglo.
Según la Biblia, Lot, el sobrino de Abraham, fue progenitor de los amonitas. Luego de huir de Sodoma y Gomorra, las hijas de Lot tuvieron relaciones de incesto con él para tener hijos, dando origen a este pueblo que sería enemigo de los israelitas en el futuro.
Cuál es la relación entre Moloc y la adoración pagana en la biblia
La adoración pagana de Moloc era común entre los cananeos y los fenicios en la época bíblica. Moloc se representaba como un toro sagrado o con la figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza. Los sacrificios preferidos por Moloc eran los niños recién nacidos, por ser considerados seres inocentes con mayor materia.
La práctica del sacrificio de niños en la adoración a Moloc era común y reprobable por Dios en la Biblia. El profeta Jeremías menciona los sacrificios hechos al dios pagano Moloc en la Biblia: “Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá”, Jeremías 32:35.
Dios les había advertido al pueblo a que no participaran de las costumbres paganas de los cananeos y de no adorar a Moloc, ya que este tipo de cultos constituía una ofensa para él (Levítico 18:21). Además, todo aquel que diera su hijo como ofrenda a Moloc debía morir lapidado (Levítico 20:2-5).
El artículo compara la práctica del aborto con la adoración pagana a Moloc, ya que en ambos casos hay un mal implícito que es la muerte de un inocente. Se menciona que grupos a favor del aborto están desatando problemas y pidiendo a gritos la legalización del mismo, escondiéndose tras una falsa cortina de humanismo y manifestando tener el derecho de elegir si dar vida al bebé que se lleva en el vientre o no.