El término “cepo” aparece en la Biblia en varios pasajes, como Job 13:27, Jeremías 20:2, 29:26 y Hechos 16:24. En la Biblia, el cepo era una estructura de madera con agujeros para los brazos, piernas o cuello de un prisionero que quedaba sujeto como método de castigo. Este tipo de cepo era utilizado para humillar y exponer públicamente al prisionero, sometiéndolo a todo tipo de vejaciones y maltratos, convirtiéndolo así en un objeto de escarnio.
Cepo de tortura
En épocas antiguas, el cepo también se utilizaba como un instrumento de tortura. Este tipo de cepo era una especie de armazón de madera que se usaba para inmovilizar a la víctima de manos y pies. Cuando se trataba de un castigo, el cepo se encontraba generalmente en la plaza del pueblo, para exponer al reo y someterlo a todo tipo de vejaciones.
Cepo de caza
El cepo de caza se caracteriza por su eficacia y capacidad de sujetar al animal, normalmente de alguna de sus extremidades, sin causarle la muerte. El animal atrapado en el cepo era posteriormente hallado vivo por el cazador, que se decidía en ese momento por rematarlo o por liberarlo, dependiendo de la situación en que se encontraba la extremidad mordida por el cepo y del sexo del animal.
Cepillo limosnero y cepo de ahorro
El cepo también tiene otras aplicaciones, como el cepillo limosnero, que se trata de una especie de caja fuerte que permite introducir dinero, que luego atrapa y que impide que se pueda sacar por quienes no tienen la llave que abre la portezuela. Un ejemplo moderno de cepo es el cepo de tráfico automovilístico, que puede estar orientado a la protección, limitando o impidiendo los movimientos del automóvil, o bien ser utilizado como pena accesoria por el incumplimiento grave del propietario. Además, el cepo también está relacionado con el ahorro, como ocurre con las alcancías que facilitan la introducción de las monedas ahorradas y, al mismo tiempo, impiden o dificultan su extracción, reteniendo el contenido acumulado en su interior.
Significado bíblico del cepo en el Antiguo Testamento
El “cepo” o “mahpeket” era un instrumento de castigo antiguo que se utilizaba para fijar cabeza, cuello, manos o pies del reo. En el Antiguo Testamento, se hacía referencia a diferentes tipos de cepos, con diferentes usos y efectos en la tortura del preso. La palabra “cepo” se traducía al hebreo como “sadh”, y se utilizaba para fijar los pies del reo. Mientras que en griego, por ser de madera, se les designaba con el término “xý·lon”.
En muchos casos, los cepos se usaban en público y se exponía al preso a la vista y burlas del público. El autor bíblico Jeremías mencionó el uso del cepo en sus escritos, y en el libro de Job, el personaje bíblico se quejaba diciendo: “Pones, además, mis pies en el c.” (Hechos 16:24) En este pasaje, el texto sugiere que los pies eran fijados al cepo.
Un ejemplo concreto de su uso se encuentra en la ciudad de Filipos, donde Pablo y Silas estuvieron en prisión y se les puso en cepos que les sujetaban los pies. En este caso, los cepos tenían varios agujeros, lo que permitía separar al máximo las piernas de la víctima, con lo que se aumentaba la tortura. Los cepos romanos eran especialmente crueles ya que tenían esta característica.
En conclusión, el “cepo” o “mahpeket” era un instrumento de castigo antiguo que se utilizaba en el Antiguo Testamento. Su uso era variado, y se empleaba para torturar y someter al preso. En diferentes pasajes de la Biblia se hace referencia a su uso, tanto para fijar los pies del reo como para someterlo en diferentes posiciones.