En la Biblia, la palabra “collados” se utiliza con frecuencia para describir un lugar alto y elevado, especialmente una colina. Los collados eran lugares de gran importancia para los judíos, ya que allí se llevaban a cabo reuniones, estudios y adoración a Dios. Además, se consideraban lugares sagrados donde los creyentes podían acercarse a Dios.
Tierra Prometida y Jesús
En la Biblia, se describe la Tierra Prometida como un lugar alto y montañoso donde mana leche y miel, tal como Dios lo había prometido. Además, se menciona que muchos de los profetas de la Biblia predicaron desde un collado. Incluso Jesús subió a un collado para predicar el Sermón del Monte, lo que demuestra la importancia de estos lugares para los judíos.
La presencia de Dios
Los creyentes consideraban a los collados no solo como lugares sagrados, sino también como lugares donde se encontraba la presencia de Dios. En los Salmos, por ejemplo, se habla de la presencia de Dios en los collados. Sin embargo, en Jeremías se advierte que los collados también pueden ser vanidad y que la verdadera salvación está en Jehová nuestro Dios.
En Jeremías 3:23 dice: “En vano se levanta el tumulto sobre los collados, en los montes se escuchan las oraciones suplicantes de los hijos de Israel. Porque han pervertido su proceder, han olvidado a Jehová su Dios”.
En definitiva, los collados son lugares de gran importancia para los creyentes y representan un espacio donde se puede acercar a Dios y encontrar su presencia. Además, estas alturas también sirvieron como escenario para muchas actividades religiosas y mensajes proféticos en la Biblia.
Significado bíblico de los collados y su relación con la adoración en el Antiguo Testamento
Los lugares altos, también conocidos como collados, jugaron un papel importante en la adoración en el Antiguo Testamento. Originalmente dedicados a la idolatría, estos lugares se convirtieron en sitios de adoración a Dios para los israelitas. Aunque Dios nombró solo un lugar alto donde se autorizaron los sacrificios, los israelitas construyeron numerosos lugares altos para adorar a otros dioses, lo que provocó la ira de Dios.
La práctica de la idolatría en los lugares altos fue común entre los pueblos vecinos de Israel, especialmente en Cananea. Los dioses adorados en los lugares altos, como Moloc y Baal, eran considerados inmorales por Dios y la adoración de estos dioses fue condenada en la Biblia. Sin embargo, importantes figuras bíblicas como Abraham, Jacob y Moisés construyeron altares y pilares de piedra para adorar a Dios en lugares altos.
El templo de Jerusalén se convirtió en el centro de la adoración a Dios en Israel y fue construido por Salomón. Los profetas, como Samuel, visitaban regularmente los lugares altos como parte de su ministerio profético en Israel. El profeta Elías se enfrentó a los profetas de Baal en un lugar alto en el Monte Carmelo y demostró que Dios era el verdadero Dios al hacer descender fuego del cielo sobre el altar. Los lugares altos continúan siendo una parte importante de la historia bíblica y su significado sigue siendo relevante en la actualidad.