La palabra “sazón” es una palabra bíblica que se utiliza para describir una variedad de emociones, situaciones y experiencias en las que se experimenta el amor de Dios. Para entender mejor su significado, es importante conocer la etimología de la palabra. “Sazón” proviene del hebreo se’ason, que significa “sabor” o “sabor agradable”. Esta palabra fue usada en la Biblia para describir cómo Dios da un sentido de satisfacción a aquellos que son fieles a Él.
Experiencias relacionadas con la sazón
La palabra “sazón” se utiliza a menudo para describir el sentimiento de alegría y gratitud que experimentan los seguidores de Cristo cuando experimentan el amor de Dios. También se refiere a la experiencia de consuelo y alentamiento que se siente cuando se tiene un encuentro con Dios. Además, la sabiduría y el discernimiento que se obtienen al estudiar la Palabra de Dios son también parte de la “sazón” que se puede experimentar.
Versículos de la Biblia que hablan de sazón
En la Biblia, se mencionan varios versículos que hablan de “sazón”. Por ejemplo, en Isaías 37:27 se dice: “Sé que te sientas y te levantas, y tu furor contra mí”. Este versículo habla de cómo Dios conoce nuestras acciones y pensamientos. En Oseas 2:9 encontramos: “Y yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino”. Este versículo se refiere a cómo Dios provee para sus hijos en el momento adecuado. Otros versículos que hablan de “sazón” son Marcos 9:50, Lucas 14:34 y Colosenses 4:6.
En conclusión, la palabra “sazón” en la Biblia es utilizada para describir una variedad de situaciones y emociones relacionadas con el amor y la relación entre Dios y el hombre. Es una palabra que refleja la profundidad de esta relación y la satisfacción que se puede encontrar en ella. Además, los versículos de la Biblia que hablan de “sazón” nos muestran cómo Dios conoce nuestras acciones y pensamientos, y cómo provee para sus hijos en el momento adecuado.
Cómo entender el significado bíblico de “los tiempos y las sazones” en relación con la voluntad de Dios
Es esencial comprender el significado verdadero de las Escrituras más allá de las declaraciones verbales concretas. La interpretación bíblica precisa se enfoca en la necesidad de la actividad del Espíritu de Dios, para que el mensaje sea oído, captado y entendido. Por lo tanto, no solo se debe leer la Biblia, sino también buscar la ayuda del Espíritu Santo para su verdadera comprensión.
La profecía es un elemento fundamental en la Biblia, y todo su curso ha sido predictivo en relación con Jesús. La profecía va más allá de ciertos tiempos y hombres del Antiguo Testamento y tiene relación con el Señor Jesús. El libro de Apocalipsis dice que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (19:10). Por lo tanto, Jesús es una entidad relevante en relación con la profecía y el significado divino de las Escrituras.
El artículo también hace referencia a la actividad del Espíritu de Dios en la comprensión de las Escrituras y en la utilización de la antigua Biblia como un nuevo libro con un nuevo significado y un nuevo efecto. Es importante estar abiertos a la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas y en la interpretación de las Escrituras.
Los habitantes de Jerusalén y sus líderes fracasaron en reconocer a Jesús y en escuchar la voz de Dios que venía a través de las palabras de los profetas. Los libros de los profetas a menudo contenían mensajes difíciles y aterradores. Este fracaso en reconocer y escuchar a Dios es un ejemplo de lo que puede suceder cuando no se busca la ayuda del Espíritu Santo en la interpretación de las Escrituras.
Significado bíblico de “los tiempos y las sazones” en relación con la voluntad de Dios según teólogos contemporáneos
La vida de Jesús está marcada por su compromiso con Dios y su propósito desde su nacimiento. Para Él, este compromiso no era solo un ritual o una ceremonia hueca, sino un verdadero propósito que lo guió en cada momento de su vida. Fue entregado literalmente por el Padre, el Espíritu Santo, María, José y los ángeles de Dios para hacer Su voluntad.
Para Jesús, su compromiso era con el Padre, y siempre actuó según Su voluntad. Su constante dedicación al Padre no le permitía actuar de forma autónoma, sus ojos estaban siempre puestos en Él. Jesús podía decir en verdad: “No hago nada por mi cuenta, si no que hablo de estas cosas según el Padre me enseñó. Siempre hago lo que le agrada” (Juan. 8:28-29).
La vida de Jesús trasciende la teología contemporánea y se centra en la relación con Dios y Su compromiso con Él. Uno de los pasajes bíblicos que describe su dedicación a Dios se encuentra en Lucas 2:21-23, cuando es presentado en el templo. Simeón, un hombre justo y piadoso, dijo que este Niño sería la salvación del Señor y que su compromiso con el Padre causaría mucho dolor (Lucas 2:34).
María y José jugaron un papel fundamental en el cumplimiento del propósito de Jesús, ayudándole a cumplir su compromiso con Dios. María es la madre de Jesús y José es su “padrastro” natural. Ambos estaban comprometidos con él y dedicados a su propósito. Jesús hizo su primer peregrinaje a Jerusalén cuando cumplió los doce años, según la costumbre del pueblo judío, demostrando su compromiso con Dios desde muy temprana edad.
Significado bíblico de los tiempos y sazones en relación con la profecía
Los apóstoles de Jesús le formularon preguntas temporales poco antes de su muerte y después de su resurrección, pero Jesús no les proporcionó ningún medio de calcular fechas. Jesús es el Hijo unigénito de Jehová y aunque no ha sabido siempre el horario de los acontecimientos del tiempo del fin. Respondió a las preguntas relativas al propósito de Dios, sacando dos conclusiones, que Jehová tiene un horario y segundo, que solo él lo establece, y sus siervos no pueden esperar que se les informe por adelantado de estos tiempos o sazones.
En Hechos 1:7, se explica el significado de las palabras griegas “tiempos” y “sazones”. La palabra griega que se traduce por “tiempos” significa “tiempo en el sentido de duración”, esto es, un lapso de tiempo, sea largo o corto. “Sazones” traduce una palabra que se refiere a un tiempo fijo o señalado, es decir, un período caracterizado por ciertas particularidades.
Antes del Diluvio, Dios informó a Noé sobre su propósito de eliminar la maldad de la Tierra, pero ni siquiera entonces le reveló Jehová su horario. Noé dejó el factor tiempo en manos de Jehová y su fe y confianza absoluta en Dios le permitieron hacerlo. Después del Diluvio, la mayoría de los descendientes de Noé abandonaron la adoración verdadera de Jehová y de los diferentes grupos lingüísticos surgieron las naciones que se convirtieron en potencias regionales, e incluso mundiales.
Dios definió en ocasiones las fronteras nacionales y el tiempo en el que cierta nación predominaría en una región o se alzaría como potencia mundial. El apóstol Pablo se refirió a este aspecto de los tiempos y sazones de Jehová.