La Biblia menciona que Jesús tenía hermanos, entre ellos Santiago, José, Simón y Judas, así como también hermanas aunque no se mencionan sus nombres. Al principio, no todos creían en él, pero varios de ellos se convirtieron en sus discípulos y escribieron libros de la Biblia, como las cartas de Santiago y Judas. Es importante destacar que en la cultura hebrea se usaba el término “hermano” de manera más amplia, refiriéndose a parientes cercanos o incluso amigos cercanos. Por lo tanto, no se sabe con certeza si estos hermanos eran hijos biológicos de María y José o simplemente cercanos a la familia.
La importancia del amor fraternal
El amor fraternal es un sentimiento fundamental para los cristianos, ya que nos muestra la importancia de amar a nuestros hermanos como una muestra de amor a Dios. Este sentimiento profundo nos motiva a realizar buenas obras por otras personas, y debemos amar a todos los miembros de la familia cristiana, independientemente de si son biológicos o no. En Juan 13:34-35, Jesús dice: “Un nuevo mandamiento os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.
Lección de la historia de Caín y Abel
La historia de Caín y Abel en Génesis 4 es una lección importante sobre la importancia del amor fraternal. Caín no amaba a su hermano Abel, lo que lo llevó a cometer un acto de violencia contra él. Debemos amar a nuestros hermanos para no ser como Caín, quien se originó del inicuo. Jesús se refirió a este acto de violencia en Mateo 23:35, diciendo: “De manera que sobre vosotros caerá toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar”.
Discípulos de Jesús
Algunos de los hermanos de Jesús se convirtieron en sus discípulos y escribieron libros de la Biblia. Las cartas de Santiago y Judas son justamente ejemplos de libros escritos por ellos. También está el hecho de que, cuando Jesús estaba en la cruz, le encomendó a Juan el cuidado de su madre, diciendo: “Mujer, he ahí tu hijo” (Juan 19:26). Esta muestra de afecto es una demostración de que Jesús sentía un gran cariño por sus discípulos y los consideraba como verdaderos hermanos, hermanas y madres.
¿Qué dice la Biblia sobre la relación entre hermanos?
La Biblia habla mucho sobre la relación entre hermanos y ofrece consejos valiosos para mantener una buena relación con ellos. En el libro de Génesis, Caín mata a su hermano Abel por envidia. Este ejemplo prueba que es importante tener cuidado de no permitir que la envidia o el rencor se apoderen de la relación con un hermano. La envidia solo lleva a la destrucción y, por lo tanto, la Biblia aconseja a los hermanos a buscar la paz en lugar de la discordia.
Además, la Biblia nos habla sobre la importancia del perdón entre los hermanos. En Mateo 18:21-22, Jesús dice: “Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?”. Y Jesús le respondió: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”. Este pasaje bíblico nos muestra que el perdón es crucial en una relación fraternal y que debemos ser compasivos y amorosos con nuestros hermanos, incluso cuando nos hacen daño.
Por último, la Biblia también nos habla sobre cómo la rivalidad entre hermanos puede surgir debido a la competencia por el amor de los padres. En Génesis 37, José es vendido por sus hermanos porque están celosos de él. Este ejemplo nos muestra que la rivalidad entre hermanos puede llevar a la traición y al pecado. Por lo tanto, la Biblia aconseja a los hermanos a trabajar juntos en lugar de competir y a tratar de hacer que su relación funcione de manera armoniosa.
Cómo se interpreta el término ‘hermano’ en la biblia
El término “hermano” en la Biblia se refiere a un título honrado de varones beneméritos y también se empleaba en el procedimiento entre príncipes. Se refiere a un individuo de sexo masculino con vínculo sanguíneo más o menos cercano con cualquier otro individuo que posea los mismos padres. Es decir, la palabra “hermano” en la Biblia no se refiere únicamente a un hermano de sangre, sino también a un hermano espiritual.
Los cristianos se consideran “hermanos” en Cristo, lo que significa que en ese vínculo todos poseen un mismo Padre, un mismo Señor de los cielos, que es Jesucristo. Los que pueden llamarse “hermanos” por los fieles creyentes, son los que acatan el evangelio y han logrado ser sucesores del Todo poderoso. Es decir, los que siguen los mandamientos de Dios y viven en la gracia divina, pueden ser llamados hermanos en Cristo.
En el Nuevo Testamento, el término “hermano” se empleaba mucho. El evangelista Pablo, por ejemplo, lo usó unas 133 veces. También se dice que si se emplea este término en otro ambiente religioso, el significado cambia totalmente a reducirse como “amigo”. En la Biblia, el término “hermano” tiene una carga de respeto y honor que no se encuentra en otros contextos.
La Biblia enseña que no debemos poseer ninguna enemistad contra nuestros hermanos, y no solo con los de sangre, sino también con los hermanos frutos del Todo Poderoso. Un buen hermano en las sagradas escrituras manifiesta ser un ser de asistencia en tiempos de gravedad, siempre tendrá una palabra del Todo Poderoso para ti, siempre comprenderá tus inconvenientes y te aconsejará para seguir adelante. Es decir, ser un buen hermano en la Biblia es ser un apoyo en todo momento, tanto en momentos felices como en momentos difíciles.
¿Qué significa ser hermanos en la biblia según la fe cristiana?
La expresión “hermanos en Cristo” en su sentido bíblico originario, se refiere a la fraternidad entre los cristianos. Esta fraternidad se basa en claves esenciales como la gracia, la paz, la unidad en torno a un mismo Padre y Señor, la colaboración, la lucha contra un enemigo común y el compartir de bienes. Desde esta perspectiva, los cristianos se reconocen mutuamente como hermanos y deben actuar como tal, ayudándose y apoyándose en todo momento.
En la cultura actual, la iglesia tiende a organizarse de acuerdo a ciertos patrones derivados de su contexto, como la iglesia vista como un club en la cultura anglosajona, o en torno a la personalidad del pastor en la cultura española y latinoamericana. Desde una comprensión bíblica de la iglesia es necesario revisar y relativizar estas concepciones culturales, para que la iglesia pueda ser entendida como una fraternidad en Cristo sin importar el contexto cultural.
La carta de Pablo a Filemón ejemplifica el significado de ser hermanos en Cristo. En esta carta se mencionan las claves de la gracia, la paz, la unidad en torno a un mismo Padre y Señor, la colaboración, la lucha contra un enemigo común y el compartir de bienes. Además, se destaca que Onésimo es ahora un hermano en Cristo y que su relación con Filemón debe ser vista desde esta perspectiva.
En la fraternidad en Cristo, Jesús es mencionado como el mismo Padre y Señor al que se adhieren los cristianos y como el hermano mayor. La unidad en torno a Jesús es una característica esencial de ser hermanos en Cristo. Asimismo, se destaca que la verdadera iglesia cristiana nunca puede apoyar las aventuras militares de unos pueblos contra otros y que su valor no se mide por sus números, sino por su comprensión bíblica.