La palabra “redargüir” se refiere a contradecir o impugnar una cosa por algún vicio que contiene y transformar un argumento contra aquel que lo presenta. En el ámbito del derecho, redargüir es el acto que se lleva a cabo para impugnar un documento presentado en un proceso legal. Esta palabra proviene del vocablo latino “redarguĕre”, que se define como «volver los argumentos de una persona en su contra, volver a su origen un argumento, replicar, refutar»; compuesta del prefijo red-/re- (el cual le aporta el significado de «de nuevo, hacia atrás») y del verbo arguĕre («explicar o desvelar algo para que se vuelva claro, argumentar», de donde también obtuvimos argucia y argumento, entre otros términos).
En el campo de la religión, la palabra “redargüir” se utiliza para corregir errores y autoafirmar las creencias. En el Nuevo Testamento se cita a Timoteo, quien sostiene que la Biblia sirve, entre otras cosas, para redargüir. Es decir, la palabra de Dios tiene el poder de refutar los argumentos que van en contra de la verdad. En este sentido, “redargüir” es una herramienta valiosa para los cristianos, ya que les permite fortalecer su fe y su conocimiento de Dios.
En el ámbito del derecho, “redargüir” se utiliza para impugnar un documento presentado en un proceso legal. Cuando se redarguye, se señalan los defectos, los vicios o las falsedades de la presentación en cuestión. Esto es especialmente importante para garantizar la justicia y la equidad en los procesos legales. De esta manera, “redargüir” es un mecanismo para asegurarse de que los documentos y argumentos presentados sean verdaderos y justos.
De este modo, “redargüir” es una palabra que tiene múltiples significados y usos, desde el ámbito religioso hasta el legal. Su poder reside en su capacidad de refutar los argumentos que van en contra de la verdad y garantizar la justicia y la equidad en los procesos legales.
Significado bíblico de redargüir y su relación con la corrección y la instrucción divina
La disciplina según la Biblia no es solo castigo, sino también guía, instrucción, censura, corrección y motivación por amor. Jehová disciplina para beneficiar al que la recibe, por lo que su disciplina siempre es productiva. La disciplina de Jehová incluye redargüir, convencer o refutar a alguien de su error. Además, la corrección y la instrucción divina son parte de su disciplina.
La disciplina es diferente al castigo. La disciplina de Jehová está motivada por el amor, mientras que el castigo no siempre busca corregir o educar al que lo recibe. Jehová es un maestro amoroso e instructor paciente, quien aplica la disciplina piadosa como medida correctiva siempre con amor y paciencia. La disciplina de los padres implica más que imponer el castigo con rapidez, los padres deben dedicar tiempo, ejercer paciencia y meditar en la manera como darán la disciplina. Los hijos han de ser criados en “la disciplina y regulación mental de Jehová”.
Adán y Eva sufrieron las consecuencias de su desobediencia y fueron expulsados del paraíso. Jehová también castigó a la humanidad con el Diluvio de los días de Noé, destruyó Sodoma y Gomorra y aniquiló al ejército egipcio en el mar Rojo. Estos castigos no tienen el objetivo de enseñar o refinar a quienes lo reciban. Jehová no se distingue como un Dios castigador, sino como un maestro amoroso y un instructor paciente.