En la Biblia, los serafines son seres angelicales que se mencionan en el libro de Isaías, específicamente en el capítulo 6. Durante una visión, estos ángeles se aparecieron a Isaías cuando Dios le llamó al ministerio profético. Los serafines destacan por su papel en la alabanza y la adoración a Dios y representan el amor y la pureza en la creencia cristiana.
Características de los serafines
La creencia cristiana describe a los serafines como seres de gran ardor y pureza en su amor hacia las cosas divinas, lo que les lleva a elevar a los espíritus de menor jerarquía hacia Dios. Se les conoce como “las flameantes llamas del rayo”, “rayos de fuego del amor” o “llamas ardientes”. Además de su papel como seres de alabanza y adoración a Dios, se dice que los serafines cantan sin cesar la música de las esferas y regulan el movimiento de los cielos.
Forma de los serafines
En la Biblia, los serafines se describen como seres con seis alas, con dos de ellas cubrían el rostro, con otras dos se cubrían los pies y con dos volaban. En la iconografía cristiana, se les representa como seres alados, pero con la peculiaridad de poseer tres pares de alas. El primer par de alas cubre su rostro, ya que la luz que irradia Dios es tan intensa que deben proteger sus ojos.
Otros tipos de ángeles
Además de los serafines, la Biblia menciona otros tipos de ángeles como los querubines, tronos, dominaciones, virtudes, principados, arcángeles y ángeles. Cada uno tiene un papel clave en el paraíso y se les representa de diferentes formas y con diferentes atributos. Miguel, Gabriel y Rafael son algunos de los nombres más reconocidos de ángeles en la Biblia.
Gnosticismo: Los gnósticos refieren que fueron los serafines en su forma de elohines o llamas quienes destruyeron Sodoma y Gomorra, bombardeando la ciudad con bolas de fuego.
¿Cuál es el papel de los serafines en la jerarquía angelical según la teología cristiana?
Según la teología cristiana, los ángeles se organizan en una jerarquía de nueve coros u órdenes angélicos, divididos en tres niveles jerárquicos. El segundo coro de la Jerarquía Suprema lo forman los Serafines, cuyo nombre significa “amor ardiente”. Su función principal es la de ser los “alabadores” de Dios, proclamando su santidad de forma constante.
En la Jerarquía Suprema también se encuentran los Querubines, cuya función es la de ser los “guardianes” de las cosas de Dios. Entre ellas se encuentra el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. A medida que descendemos en la Jerarquía, encontramos a los ángeles, cuya misión es ayudar a los hombres a llegar a la salvación eterna.
Dentro de los ángeles, encontramos también a los Arcángeles, que tienen una función especial asignada directamente por Dios. San Miguel es uno de los más conocidos. Es el arcángel que arrojó del cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían. Su papel es mantener la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. San Gabriel es otro arcángel importante, pues siempre aparece como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y anunciar noticias felices. Finalmente, San Rafael tiene un papel importante en la vida de Tobías, guiándolo y mostrándole el camino a seguir. Es patrono de los viajeros y de los médicos, ya que realizó curaciones en cuerpo y alma en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.
Qué es un serafín según la Biblia y cómo se relaciona con Dios
Un serafín es una criatura celestial que aparece en varias visiones de profetas de la Biblia. Este ser tiene una estrecha relación con Dios, al cual le rinde culto y alabanza constante. De acuerdo con diversas anécdotas bíblicas, los serafines figuran en el trono de Dios en los cielos y se presentan con un conjunto de seis alas, algunas cubriendo el rostro, los pies o empleándolas para volar.
El significado bíblico de serafín es de gran importancia. Estos seres de luz integraban los coros celestiales y ayudaban a los espíritus de buenaventura. Todos ellos pertenecían al orden más alto de la jerarquía, el cual sólo Dios podía otorgarles. Los serafines se caracterizan por sus alas, las cuales simbolizan la gloria del Altísimo.
Una de las visiones más importantes que se tienen de un serafín es la de Isaías, quien vio cómo le llevaban hacia el trono de los cielos en la presencia de uno de estos seres. En todas las cosas que el profeta observó, se presentaba encima de su cabeza un conjunto de serafines que contaban cada uno con seis alas. En esta visión, Isaías fue llamado a ser uno de los profetas más importantes de la historia.
En conclusión, los serafines son seres celestiales que tienen una relación directa con Dios. Su presencia en diversas anécdotas bíblicas es significativa, ya que se encuentran en el trono de Dios en los cielos y ayudan a los espíritus de buenaventura. Las visiones de profetas como Isaías muestran la importancia de estos seres y su relación con la divinidad.
Cómo se describen los serafines en la Biblia y cuál es su función en la adoración divina
Los serafines son seres celestiales alados mencionados en las Escrituras únicamente en la visión cuando Isaías fue llamado por Dios a profetizar. Isaías vio al Señor sentado en el trono, encima de él vio unos serafines erguidos. Estos tenían tres pares de alas, con uno de ellos se cubrían el rostro, por el temor de ver a Dios; con el segundo cubrían sus cuerpos y con el tercero, volaban. Los serafines alababan la gloria de Dios, gritándose el uno al otro: “Santo, santo, santo, Yahvéh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria”.
Los serafines forman parte del coro celestial y atienden al trono de Dios. En la visión de Isaías, los serafines estaban erguidos junto al trono de Dios y alababan su gloria. La palabra serafín significa “los que arden” o “los ardientes”. La misma palabra se usa para describir las serpientes en el desierto en Números 21:6.
Los serafines están erguidos con tres pares de alas y manos, rostros y voces humanos, son serpientes voladoras de fuego, se mantienen erguidos, a los lados de Dios, como signo paradójico y grandioso de poder. Aunque la tradición les dio el nombre de ángeles, los serafines son seres celestiales diferentes a los ángeles. Los serafines pertenecen a un orden de seres sobrenaturales que atienden al trono de Dios.
Uno de los serafines tomó con las tenazas una brasa del altar, voló hacia Isaías y le tocó con ella, fuego purificador, los labios, y le dijo: “He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado”. En la visión de Isaías, los serafines gritaban “Santo, santo, santo, Yahvéh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria”. Yahvéh Sebaot significa “Señor de los Ejércitos” y es un título que se le da a Dios en la Biblia.