La lujuria es un pecado que está muy presente en nuestros días, afectando a muchas personas en todo el mundo. La lujuria se define como un intenso o incontrolable deseo sexual o un deseo o apetito irresistible. Según la Biblia, la lujuria induce a una persona a procurar algo que es contrario a la voluntad de Dios; abarca cualquier sentimiento o deseo que haga que una persona se centre en las posesiones mundanas o en prácticas egoístas.
Versículos bíblicos sobre la lujuria
La Biblia habla de la lujuria de varias maneras, como en Éxodo 20:14,17, donde se nos dice que no debemos cometer adulterio o codiciar los bienes de nuestro prójimo. En Mateo 5:28, Jesús advierte que “… cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. Además, en Job 31:11-12, se nos habla de cómo Job resistió la tentación de la lujuria y se mantuvo fiel a Dios.
Enfoque de la lujuria
El enfoque de la lujuria está en agradarse a sí mismo y satisfacer los propios deseos, sin importar las consecuencias. La lujuria tiene que ver con posesión y codicia. Esta actitud egoísta y enfocada en uno mismo a menudo conduce a acciones perjudiciales tanto para uno mismo como para los demás.
Santificación y confesión
La fe cristiana tiene que ver con la abnegación y está marcada por una vida santa. El objetivo de cada persona que ha depositado su fe en Jesucristo es volverse más y más como Él cada día. La Biblia hace una declaración fuerte al respecto en 1 Tesalonicenses 4:7-8, “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo”. Si actualmente luchas con la lujuria, es hora de confesar tu pecado a Dios y pedir Su intervención en tu vida, para que la santidad pueda ser una marca de tu vida también.
“No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
Cómo superar la lujuria según la biblia
En la sociedad actual, la sensualidad y la pornografía están en todas partes. Desde la televisión hasta el internet, el sexo es un tema recurrente en la cultura popular. Además, la industria de la pornografía sigue creciendo, lo cual puede hacer que sea fácil caer en la tentación de la lujuria.
Este problema no es exclusivo de la sociedad, sino que también está presente en la iglesia. Muchos pastores y líderes religiosos han caído en la inmoralidad sexual, lo cual demuestra la importancia de tratar este tema dentro de la comunidad religiosa.
En el contexto bíblico, el matrimonio y la intimidad sexual tienen una gran importancia. La Biblia habla sobre la necesidad de mantener la pureza sexual y cómo el matrimonio es el lugar apropiado para vivir la sexualidad plenamente. Además, las Escrituras nos animan a esperar en el Señor y confiar en su gracia para resistir la tentación sexual, especialmente aquellos que aún no han contraído matrimonio.
Para superar la lujuria, es importante que los cristianos se dediquen a la santificación y se preparen para dar testimonio de su fe en todo momento. Debemos estar conscientes de que Cristo volverá pronto y por eso debemos ser encontrados sin mancha e irreprensibles.
Entidades relevantes:
- Game of Thrones: ejemplo de contenido inapropiado para los cristianos.
- Internet: medio donde la pornografía es muy accesible y popular.
- EE.UU.: estadísticas sobre el consumo de pornografía en los Estados Unidos.
- Cristo: importancia de estar preparados para su venida.
- Christianity Today: encuesta sobre el consumo de pornografía entre pastores.
- Pastors.com: encuesta sobre el consumo de pornografía entre pastores.
Cómo afecta la lujuria a la vida espiritual y emocional
La lujuria es un sentimiento de deseo intenso e inapropiado hacia otra persona o cosa que se posee o adquiere para satisfacer un fuerte deseo. Este sentimiento induce a una persona a procurar algo que es contrario a la voluntad de Dios y abarca cualquier sentimiento o deseo que haga que una persona se centre en las posesiones mundanas o en prácticas egoístas. La lujuria de naturaleza sexual degrada y debilita todas las relaciones, siendo una de las más importantes la relación personal con Dios. Permitir que germine el deseo lujurioso ha sido la raíz de muchos hechos pecaminosos. La inmoralidad sexual crea una barrera que aleja la influencia del Espíritu Santo con toda su capacidad de elevar, iluminar y fortalecer.
El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Trinidad y es el consolador que Jesús prometió enviar a sus discípulos después de su ascensión. El Espíritu Santo purifica los pensamientos y las intenciones, y nos fortalece. A su vez, eso nos conducirá a una vida más feliz, tranquila y dichosa. La lujuria induce a una persona a procurar algo que es contrario a la voluntad de Dios y debilita nuestra capacidad de recibir la influencia del Espíritu Santo. Por lo tanto, es importante estar alerta y evitar la lujuria en todas sus formas para mantener nuestra relación con Dios sólida y duradera.
El pecado es cualquier acción, pensamiento o actitud que va en contra de la voluntad de Dios. La lujuria es un pecado que profana la más elevada y la más santa relación que Dios nos da en la vida mortal: el amor que un hombre y una mujer se tienen el uno por el otro y el deseo que esa pareja tiene de traer hijos a una familia con la mira de ser eterna. El adulterio es tener relaciones sexuales con alguien que no es tu cónyuge. Jesús advirtió que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. La lujuria puede llevar a cometer actos de adulterio y de otras formas de pecado sexual, que pueden tener consecuencias muy graves en nuestra vida espiritual y emocional.
La pornografía es la representación explícita de actos sexuales con el propósito de provocar excitación sexual en el espectador. Ver pornografía puede provocar sentimientos lujuriosos y hacer que una persona procure ver más pornografía, lo que puede convertirse en una relación cíclica extremadamente poderosa y peligrosa. La pornografía es una forma de lujuria que puede afectar gravemente nuestra vida espiritual y emocional, alejándonos de la influencia del Espíritu Santo y dañando nuestras relaciones personales y familiares. Por lo tanto, es importante reconocer los peligros de la pornografía y evitarla por completo.
La lujuria en la Biblia: significado y consecuencias en la vida cristiana
La lujuria, definida como un fuerte deseo por algo o alguien, a menudo con respecto a los deseos sexuales, se centra en complacerse a uno mismo, a menudo sin tener en cuenta sus perjudiciales consecuencias. Está estrechamente relacionada con la codicia y es tanto pecaminosa como una grave ofensa a Dios. La lujuria no solo se refiere a la acción, sino también al pensamiento, lo que significa que incluso tener pensamientos impuros puede ser pecaminoso. Por lo tanto, es importante comprender el significado de la lujuria en la vida cristiana para evitar caer en el pecado que conduce a la muerte.
El Sermón del Monte, dado por Jesús, aborda directamente el tema de la lujuria. La tradición judía enseñaba que solo la acción del adulterio era pecaminosa, pero Jesús habló más directamente al corazón, enseñando que la lujuria es un pecado tanto en el pensamiento como en la acción. Además, muchos deseos egoístas se abordan específicamente en los Diez Mandamientos, como se ordena al pueblo de Dios que no deseen la casa, la esposa, el ganado, o las posesiones del prójimo. Por lo tanto, es importante conocer y aplicar estos mandamientos en nuestra vida cotidiana para evitar la tentación de la lujuria.
Para evitar caer en la lujuria, es importante eliminar las barreras que la conducen. Esto puede incluir usar un filtro de Internet para bloquear la pornografía, evitar ver ciertas películas u otro contenido inapropiado, o incluso evitar ciertos lugares en particular. Además, una completa dependencia de Cristo y el crecimiento en Él puede ayudar a reemplazar la lujuria. El apóstol Pablo escribió que una completa dependencia de Cristo y el crecimiento en Él pueden ayudar a reemplazar la lujuria. Por lo tanto, es importante buscar una relación más profunda con Cristo para superar la tentación de la lujuria.